La Misión Arqueológica de Oxirrinco ha concluido en Egipto, con relevantes hallazgos, una nueva campaña con el respaldo del Ministerio de Cultura y Deporte, la Universitat de Barcelona-Instituto de Próximo Oriente Antiguo (IPOA), la Fundación Palarq y la Societat Catalana d’Egiptologia, y la colaboración del Servicio de Antigüedades egipcio y la Universidad de El Cairo.

Entre el 10 de noviembre y el 10 de diciembre, la expedición española ha desarrollado nuevos trabajos en la necrópolis romana, dirigidos por Maite Mascort Roca y por Esther Pons Mellado, conservadora del Departamento de Antigüedades Egipcias del Museo Arqueológico Nacional. Esta última campaña se ha centrado en el Sector 36 donde, desde 2019, ya se habían localizado un total de siete tumbas de época Saíto-Persa, y cuatro tumbas de época romana, todas construidas en piedra.

Criptas bizantinas y tumbas romanas

Los nuevos hallazgos son cinco criptas bizantinas construidas con bóvedas de cañón hechas en adobe, en cuyo interior había numerosos individuos inhumados; y tres tumbas de época romana con individuos momificados, algunos de ellos con cartonajes polícromos y tres con una lámina de oro sobre la lengua, un ritual de protección del difunto característico de este yacimiento.

Además, bajo una de estas tumbas romanas se ha hallado una estructura funeraria de época persa. Prosiguiendo los trabajos de excavación al este de esta última tumba también se han descubierto dos tumbas de época Saíta (664-525 a.C.). Una de ellas, abierta desde la Antigüedad, albergaba un sarcófago de piedra antropomorfo femenino, cuya tapa se encontraba desplazada. En su interior se hallaron gran cantidad de canutillos y cuentas de fayenza (loza vidriada) pertenecientes a la malla funeraria que cubría a la difunta, así como un amuleto de piedra de un reposa-cabeza de excelente calidad.

La segunda tumba, cerrada y sellada, contenía un sarcófago antropomorfo masculino con un individuo momificado en su interior con diversos amuletos (udyats, escarabeos, una figura del dios Horus, tallos de papiro, varias dobles plumas, corazones…), un escarabeo de corazón y numerosos canutillos y cuentas de fayenza pertenecientes a la malla funeraria que lo cubría. Conservaba todo el ajuar funerario: los cuatro vasos canopes epigráficos con las vísceras momificadas en su interior, 399 ushebtis de fayenza y una jarra de cerámica con restos de vendas.

Ayudas a excavaciones

El Ministerio de Cultura y Deporte aporta al proyecto 22.275 euros, casi la mitad del coste total. El apoyo a esta misión en Egipto se mantiene desde hace varios años con cargo a las Ayudas a Excavaciones Arqueológicas en el Exterior que gestiona el Ministerio mediante el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE). A través del IPCE, que acaba de celebrar su 60º aniversario consolidado como referente internacional en conservación y restauración, el Ministerio refuerza así la presencia de la arqueología española en el ámbito global, con excavaciones en África, América, Pacifico, Oriente Medio y Europa.