Últimos días para visitar la exposición “Otro Renacimiento. Artistas españoles en Nápoles a comienzos del Cinquecento” en el Museo Nacional del Prado
La exposición, que permanecerá en las salas A y B del edificio de los Jerónimos hasta el próximo domingo, 29 de enero, constituye una ocasión irrepetible para emprender un viaje visual por una etapa cargada de interés, por un instante en el que se estaba descubriendo una nueva manera de expresión artística, que se interpretaba de otro modo, y que llegaría a la península ibérica digerida, metabolizada y diferente.
Esta exposición, compuesta por 75 obras procedentes de colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales, pretende llamar la atención sobre una cronología (los años iniciales del siglo XVI), una geografía (Nápoles) y unos actores (pintores y escultores italianos y españoles), que conforman un panorama artístico a menudo considerado secundario respecto a los tradicionales focos del Renacimiento: Florencia y Roma, y que tuvo además una decisiva trascendencia dentro de una realidad política más amplia, la de la Monarquía Hispánica, como demuestra la posterior actividad en España de artistas como Pedro Machuca, Bartolomé Ordoñez, Diego de Siloe, Pedro Fernández o Alonso Berruguete, entre otros.
“Otro Renacimiento” plantea un recorrido por uno de los capítulos más fecundos y desconocidos de la cultura del Renacimiento europeo: la de España y de la Italia meridional hacia “la maniera moderna”, el gran arte basado en la revolución llevada a cabo por Leonardo, Rafael y Miguel Ángel.
Inscrita en un espacio arquitectónico que evoca las construcciones napolitanas de la época, la exposición proporciona una idea muy aproximada de lo que supusieron las novedades de ese período sin circunscribirse a una sola disciplina artística. Se transmite de este modo una percepción global, ajustada a una realidad de convivencia de técnicas y materiales. La pintura sobre madera o lienzo, la miniatura, la madera policromada o la escultura en mármol presentan un panorama variado de tipologías y formatos que traslada de manera más verosímil al período que se ilustra.
Este proyecto expositivo, que tendrá su continuidad en el napolitano Museo e Real Bosco di Capodimonte, permite completar narraciones y añadir matices a la colección permanente del Prado a través del conocimiento de lo que fueron las artes plásticas en Nápoles a comienzos del siglo XVI, y hablar del protagonismo de lo hispánico en un proceso enriquecedor de interacción e intercambio con el mundo italiano.