El pasado mes de octubre se le otorgaba a Carlos Saura el Goya de Honor 2023, fruto de su extensa y personal aportación a la historia del cine español en las seis últimas décadas. Así ha sido la despedida de sus compañeros.
La Academia de Cine lamenta profundamente comunicar el fallecimiento de Carlos Saura, Goya de Honor 2023. Saura, uno de los cineastas fundamentales de la historia del cine español, ha muerto en su domicilio a los 91 años, rodeado de sus seres queridos, donde hace unos días recibió la estatuilla honorífica. Su última película, Las paredes hablan, se estrenó el pasado viernes, muestra de su incansable actividad y de su amor por el oficio hasta el último momento. Mañana, en el Auditorio Andalucía de Sevilla, la 37 edición de los Goya conmemorará la memoria de un creador irrepetible.
«La Academia de Cine se siente en este momento muy conmovida por el fallecimiento de Carlos Saura, uno de los grandes directores de la historia del cine español», ha declarado Fernando Méndez-Leite, presidente de la institución, «cuya obra personalísima, variada y muy creativa ha dejado una huella imborrable en la historia de nuestro cine y de la cultura española. Personalmente estoy muy afectado, porque tuve el placer de conocer y tratar durante muchos años a Carlos, a quien consideraba un maestro y un amigo».
Autor incansable, sumó más de 50 películas y su filmografía forma parte del patrimonio cultural de nuestro país. Su trabajo siempre ha mirado hacia adelante, enriquecido por la creatividad que ha otorgado a cada una de sus obras. Atrevido e impaciente, deseoso de fragmentar la rutina a la que el cine convencional nos tenía acostumbrados, aportando inéditos componentes que aceleraron su ruptura; trasladó a la gran pantalla una mirada reflexiva sobre las palpables dificultades de la sociedad española de la época y un simbolismo inexorable de las heridas de la Guerra Civil española.
“Ese cura, esos bombardeos, esos asesinatos hacen que me identifique con el tema. Con el filme he exorcizado aquellos recuerdos. La Guerra Civil no ha sido aún convenientemente tratada en el cine. Si acaso, un poquito. Muchas mías hablan de aquellos años, cierto. Pero faltan”, declaraba durante la presentación de su corto Rosa rosae. La Guerra Civil en el Festival de Cine de San Sebastián 2021.
Artista total, su creación fue más allá del cine. La fotografía fue otra de sus pasiones –le podíamos ver siempre en compañía de su cámara–, dirigió ópera y teatro y se fascinó de lleno con la pintura y el dibujo. “He tenido suerte en la vida haciendo aquello que más me atraía: he dirigido cine, teatro, ópera y he dibujado, fotografiado y pintado toda mi vida”, manifestó el veterano oscense en la carta que leyó su hija Anna Saura, tras el anuncio del Goya de Honor 2023, en reconocimiento a su colosal contribución. Su dedicación a la ciencia cinematográfica de nuestro país es la que llevó a La Junta Directiva a otorgarle por unanimidad el galardón. El maestro quiso también agradecer a la Academia por “la gran labor que hace promoviendo y protegiendo nuestro cine y nuestra cultura, que es de las cosas más importantes que tenemos”.
Contrario a los géneros y a etiquetar su obra, lo suyo era el cine de cámara, sus historias se han caracterizado por personajes y lugares, aunque su espíritu aventurero le ha llevado también a producciones más grandes como El Dorado. En palabras del propio Saura, ha filmado tres tipos de películas: «La primera sería un cine con los pies en la tierra, con una realidad concreta como Los golfos, La caza, Deprisa, deprisa; otras más creativas como La prima Angélica, y luego el más musical». Además, añade una cuarta: «me han preocupado muchos artistas que me han influido en mi vida, como Goya, autores de literatura española, y que son una especie de ensayos personales”.
Carlos Saura, ganador de la Medalla de Oro de la Academia de Cine en 1992, cosechó la más alta repercusión internacional y nacional; con su primer largometraje, Los golfos, estrenado mundialmente en el Festival de Cannes, donde fue nominada a la Palma de Oro a la mejor película, abrió un nuevo camino que no dejó a nadie indiferente. Siguió Llanto, coescrita con Mario Camus, que concursó en el Festival de Berlín. Con La caza recibió el Oso de Plata al mejor director en el Festival Internacional de Cine de Berlín; con La prima Angélica, el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes; su película Cría cuervos se llevó la Medalla del Círculo de Escritores Cinematográficos al mejor director, el Gran Premio Especial del Jurado en el Festival de Cannes, el Premio a la Crítica francesa y también fue preseleccionada al Óscar en la categoría a Mejor Película Extranjera y nominada al Globo de Oro a la mejor película en lengua no inglesa; con Carmen, su éxito internacional se disparó, obteniendo el BAFTA a la mejor película de habla no inglesa, medallas del Círculo de Escritores Cinematográficos a Mejor Director y Mejor Película, además de nominaciones al Globo de Oro, a los Óscar y al César; y con ¡Ay, Carmela! obtuvo un total 13 premios Goya –la segunda película más premiada en la historia de los premios–, arrasando de lleno en la ceremonia; entre una gran retahíla de galardones más que a lo largo de su carrera han aplaudido su labor como cineasta.
Hemos podido disfrutar de su obra desde finales de los 50 hasta la más inmediata actualidad. El pasado 2021 estrenó dos cortometrajes; Goya 3 de mayo y Rosa rosae. La Guerra Civil; y un largometraje; El rey de todo el mundo. Y mañana, viernes, se estrena Las paredes hablan. Sus películas han mostrado tanto la realidad sociocultural española como la expresión artística más adelantada. Ha dotado al cine de impecables pinceladas, de un lenguaje que se ha servido de su imaginación para contar historias, de una expresividad que no dejaba más que demostrar su amor por el cine, por el arte, por la cultura. No podríamos entender el cine español sin Carlos Saura, sin su personal aportación al cine de nuestro tiempo. Nos faltará, para siempre, una de las figuras clave en cinematografía de nuestro país.