El Museo de Pontevedra presenta el 16 de marzo el vínculo y la influencia de Galicia en la obra de Cristóbal Gabarrón. Comisariada por Antón Castro, la exposición Gabarrón Atlántico. Ronsel de Saudade, ofrece la oportunidad de revisar tanto la carrera de Gabarrón como el papel fundamental que su obra desempeña en la historia del arte de nuestros días
Esta exposición muestra por primera vez, de manera comprensiva y diacrónica, el vínculo y la influencia de Galicia en la obra y vida de este creador internacional que, desde finales de los años 90 del siglo pasado, pasa largas temporadas en su casa y estudio de la Ría de Pontevedra, en Bueu.
A través de un centenar de obras se profundiza en la obra más decisiva de ese vínculo, a través de la pluralidad lingüística ya manifestada en los distintos géneros -pintura, escultura, instalación…-, materiales y formatos, presentados a partir de sus series más representativas. La influencia en el paisaje, en la ósmosis geográfica de la luz y el atlantismo oceánico, con su viento marino -que asume a la manera de Cabanillas-, la orografía o la tradición de la piedra como identidad, etnografía y de la antropología del país que habita, desde las tierras del Morrazo.
El comisario de la exposición, Antón Castro, analiza estas claves que se recogen en un cuidadoso catálogo donde además colaboran con ensayos Alberto Barciela, Pilar Corredoira y Ramón Rozas.
En palabras de Antón Castro, “Cristóbal Gabarrón asume la filosofía de su nomadismo geográfico y, aun siendo natural de Mula (Murcia), no sólo ha sido permeable a la mirada del Mediterráneo, cuya luz y naturaleza lo han marcado, sino a la sobriedad castellana y leonesa –una parte de su juventud transcurrió en Valladolid-, cualidades que vislumbra desde el amplio contexto cultural y artístico que vivió una vez que se desplaza a New York, a mediados de los años 80, marco que ampliará a otras latitudes como Francia, Italia o China y, ya en España, a su última residencia y estudio, por temporadas, frente al mar de Bueu: estadía de un cuarto de siglo que ha terminado por definir la variable atlántica que él reivindica con orgullo y punto de partida de la exposición que propone el Museo de Pontevedra, que muestra el vínculo y la influencia de Galicia en su obra y en su vida, mediatizado por la cultura, el paisaje, la ósmosis geográfica de la luz y el Océano.
La exposición, además de ser un paradigma de su carrera artística, se centra en su mirada del atlantismo, que él, amante de la poesía, redefine desde uno de los grandes poetas del mar, el vanguardista Manuel Antonio y su poemario De catro a catro (1928), relato de una singladura marítima por el Mediterráneo, que refuerza la soledad del marino en el silencio del mar, como representación de un mundo propio.”