Conservados en el Parque Nacional de Assateague de Virginia (Estados Unidos) reciben cada año más de 500.000 visitantes, convirtiéndose así en una importante herramienta de difusión del patrimonio cultural subacuático español. ‘La Galga’ se hundió en las costas estadounidenses a causa de una tormenta en 1750, tras tirar sus cañones y cargamento por la borda. Por su parte, ‘El Juno’ lo hizo en el mismo lugar en 1802, con más de 400 tripulantes a bordo.

El Ministerio de Cultura y Deporte ha renovado el depósito de las piezas provenientes de los pecios españoles ‘El Juno’ y ‘La Galga’ que se custodian en el Assateague Island National Seashore, parque nacional situado en Virginia (Estados Unidos), donde fueron restauradas y conservadas tras su recuperación.

El acuerdo, firmado por el director general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura y Deporte, Isaac Sastre de Diego, y por el director del Assateague Island National Seashore, Hugh Hawthorne, establece que las piezas y artefactos arqueológicos de propiedad española puedan mostrarse en el parque nacional durante al menos diez años.

Esta colaboración ofrece una gran herramienta de difusión de nuestro patrimonio cultural en el exterior y permite poner en valor la historia común de los territorios.

Un patrimonio cultural común

Con esta firma, el Ministerio de Cultura y Deporte pone de manifiesto la relevancia del patrimonio cultural subacuático como un patrimonio cultural compartido por toda la humanidad, tal y como reconoce la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001.

La colaboración entre los distintos países es fundamental para asegurar que la aproximación a los yacimientos subacuáticos se realiza con la metodología arqueológica adecuada. Su investigación y estudio es una fuente inestimable de información histórica que explica y pone en valor el patrimonio común que une países y continentes.

Por eso, acciones como esta de establecer depósitos temporales del patrimonio cultural recuperado en otros países permiten establecer lazos y diálogos a través de la historia compartida.

Medio millón de visitantes al año

La carga recuperada de los galeones españoles es también patrimonio cultural subacuático y como tal debe ser conservado y protegido. Entre las piezas depositadas, en su mayoría pequeños objetos arqueológicos, se encuentra una cuchara, un fragmento de hebilla de un zapato, un fragmento de llave, varias balas de mosquete y nueve monedas, además de algunos fragmentos de cabo liofilizados. Algunas de estas piezas se exhiben en el centro de visitantes del parque nacional americano que recibe cada año medio millón de visitantes.

Junto a estas piezas se recuperaron dos anclas, una de ellas está incluida en el depósito temporal que custodia Estados Unidos, la otra forma parte de la exposición permanente del Museo Nacional de Arqueología Subacuática ARQVA, museo estatal del Ministerio de Cultura y Deporte, situado en Cartagena (Murcia).

Historia de los pecios españoles‘La Galga’, denominada oficialmente ‘La Galga de Andalucía’, fue construida en 1732. Dotada con 50 cañones, entró a formar parte de la flota mediterránea del Conde de Carijo. En 1736 pasó al Atlántico, donde sirvió más de 14 años como escolta protectora de diferentes barcos entre Cádiz, La Habana y Veracruz. En el verano de 1750, el Capitán General Juan Manuel Bonilla reunió en la Habana una pequeña flota de siete buques para salir hacia España. Uno de esos buques era ‘La Galga’, capitaneado por Daniel Hupony, irlandés al servicio de España.

El 18 de agosto un fuerte huracán desarboló ‘La Galga’. Ante el inminente peligro de naufragio, Hupony ordenó tirar por la borda los cañones y la carga. Pudo tocar tierra y solicitó el apoyo de las autoridades locales americanas para reponer en lo posible el barco. Una vez arreglado, vuelve a partir hacia España. Pero otra fuerte tormenta ataca de nuevo a ‘La Galga’ que no pudo resistir este nuevo envite.

‘El Juno’, con 538 toneladas y 34 cañones, fue construido en 1789 en el Ferrol. Entró en servicio en 1799 en el Escuadrón del Teniente General Marques del Socorro para hacer la ruta de Cádiz a Cartagena, la Habana, Veracruz y otros puertos de América.

En enero de 1802, el comandante Juan de Bustillo, con 30 años de servicio, salió de Veracruz, pero una fuerte tormenta le ocasionó numerosos daños y le obligó a quedarse en Puerto Rico donde permaneció durante nueve meses para su reparación. El 10 de octubre salió hacia Cádiz, llevando como tripulación el Tercer Batallón del Regimiento de África, compuesto por 430 personas. El 28 de octubre una fuerte tempestad le hundió. Solamente se salvaron siete personas que pasaron al buque americano ‘Favorita’. Las 425 personas restantes perecieron con el Juno, oficiales, marinos, y soldados con algunas de sus mujeres e hijos.