Hasta el 30 de julio, en la sala D del edificio Jerónimos, el Museo del Prado presenta una selección de 69 dibujos -de los 192 que han sido donados a la institución por la Fundación Tatiana- que ofrecen un recorrido completo por la faceta de dibujante del artista, desde los ejemplos más tempranos, fruto de su periodo de formación sevillano y sus primeros viajes por la geografía española como pintor al aire libre, hasta los últimos, en los que consigue crear verdaderos efectos pictóricos sobre el papel. Junto a ellos se muestran las tres pinturas y el dibujo del artista que ya conservaba el Prado en su colección. Esta exposición se presentará en otoño de 2023 en la sede cacereña de la Fundación Tatiana, en el Palacio de los Golfines de Abajo.
La importancia de los dibujos que configuran este conjunto, fechados en un amplio marco cronológico de la vida del pintor, y cuya obra gráfica estaba prácticamente ausente de las colecciones del Prado, permiten recorrer la trayectoria completa como dibujante de Emilio Sánchez Perrier, continuador de los postulados del paisajismo naturalista desarrollado por la Escuela de Barbizón y de la pintura luminosa y detallista de artistas como Martín Rico y Mariano Fortuny.
Emilio Sánchez Perrier (1855-1907) fue uno de los pintores españoles de paisaje más destacados de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Desarrolló su actividad profesional entre su Sevilla natal y París y sus pinturas fueron apreciadas especialmente por su realismo, luminosidad y precisión técnica.
Los dibujos reunidos en esta exposición, comisariada por Gloria Solache, Técnico del Gabinete de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado, fueron realizados por el artista durante sus viajes por España, Francia, Italia y el norte de África y plasman escenarios naturales, rurales y urbanos. En ellos se pueden distinguir rasgos definitorios de su estilo: la perfecta identificación de los elementos de la naturaleza, las arquitecturas, las figuras y los objetos representados; el empleo de esquemas compositivos con perspectivas profundas, o su especial habilidad para captar los efectos lumínicos de los diferentes momentos del día y estaciones del año. Las 192 obras de Emilio Sánchez Perrier donadas por la Fundación Tatiana están accesibles en www.museodelprado.es
La Fundación Tatiana y el Museo del Prado
La colaboración entre la Fundación Tatiana y el Museo Nacional del Prado se remonta a 2019, año en el que la Fundación adquirió una colección de ciento noventa y dos dibujos de Sánchez Perrier que estaba en el mercado para donarla al Museo en un excelente ejemplo de mecenazgo. Esa colaboración se vio refrendada poco después con la firma de un convenio en el que, además de la difusión y exhibición de la colección de dibujos, se acordó el estudio, la restauración y la exposición en el Prado de los dos bocetos de Goya para la Predicación de san Bernardino de Siena, propiedad de la Fundación.
Emilio Sánchez Perrier (1855-1907) fue uno de los pintores españoles de paisaje más destacados de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Desarrolló su actividad profesional entre su Sevilla natal y París, en cuyo Salon expuso regularmente desde 1880. Sus pinturas fueron apreciadas especialmente por su realismo, luminosidad y precisión técnica, en la línea de Martín Rico. Gracias a todo ello gozó de gran éxito internacional, principalmente entre la burguesía norteamericana.
Los dibujos aquí reunidos son fiel reflejo de su estilo y un valioso testimonio de su práctica artística y del proceso creativo de sus pinturas. Realizados durante sus viajes por España, Francia, Italia y el norte de África, plasman escenarios naturales, rurales y urbanos con una extraordinaria precisión, poniendo especial cuidado en captar la luz y la atmósfera.
Esta exposición presenta una selección de 69 de los 192 dibujos que han sido donados al Prado por la Fundación Tatiana, y ofrece un recorrido completo por la faceta de dibujante del artista, desde los ejemplos más tempranos, fruto de su periodo de formación sevillano y sus primeros viajes por la geografía española como pintor al aire libre, hasta los últimos, en los que consigue crear verdaderos efectos pictóricos sobre el papel. Junto a ellos se muestran las tres pinturas y el dibujo del
artista que ya conservaba el Museo del Prado en su colección.
Sánchez Perrier en el Museo del Prado
La primera obra de Emilio Sánchez Perrier ingresó en el Museo del Prado en 1890, cuando el Estado, de acuerdo con su política de adquisición de las obras premiadas en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, compró directamente al pintor el lienzo Febrero, que aquel año obtuvo una medalla de segunda clase. En 1908 Pedro Ruiz Prieto (1858-1945), médico sevillano y amigo del artista, donó al museo el dibujo Vista del castillo de Alcalá de Guadaíra y las pinturas sobre tabla Vista de Venecia y Paisaje de Gisors. El retrato del médico que hiciera Sánchez Perrier, procedente de la colección de dibujos donada en 2019 por la Fundación Tatiana, así como las dedicatorias que figuran en dos de esas obras, demuestran la cercanía existente entre ambos. Es probable que Ruiz Prieto tratara la tuberculosis que desde 1896 padecía el artista, que terminó provocando su fallecimiento en 1907 en Alhama de Granada
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