El Ministerio de Cultura y Deporte, a través de la Dirección General de Bellas Artes, ha incoado el expediente para la declaración de la zarzuela como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, un reconocimiento que contribuye a la salvaguarda de este género musical.
De acuerdo a la legislación competente, será el Consejo de Ministros quien, en el plazo máximo de un año, podrá acordar la declaración definitiva, que se materializará mediante un Real Decreto.
La zarzuela es un género musical y teatral de origen español que nació en el siglo XVII como espectáculo cortesano y que ha llegado hasta la actualidad tras una intensa evolución. Transmitido de generación en generación, se ha convertido en identitario de la cultura española por su versatilidad a la hora de recoger distintos contenidos y estilos musicales.
Sus características musicales únicas, fruto de la hibridación con la música popular, han trascendido el ámbito escénico para permear en el imaginario colectivo, que ha hecho suyo este repertorio y lo ha utilizado de formas diversas, desde la interpretación de los números más aplaudidos por bandas musicales en conciertos al aire libre hasta su interpretación por grupos de aficionados especializados en este género.
Además de su valor musical, su vinculación con los temas cotidianos y populares y su recreación constante por la comunidad han conseguido que se sienta como una expresión integrante del espacio cultural común y vivencial. De hecho, muchos de sus personajes, melodías y textos se han acabado convirtiendo en expresiones, dichos o refranes populares.
Por otra parte, su extensión por el mundo hispano, con una producción específica muy importante, la convierte en un testigo de la diversidad de pueblos que componen el acervo identitario de la hispanidad.
Sin embargo, la zarzuela se enfrenta a múltiples riesgos y amenazas, como la escasez de obras contemporáneas, el problema en el relevo de intérpretes, el envejecimiento de la edad media del público y la dificultad en atraer a las nuevas generaciones, así como la escasa representación de zarzuelas dentro de los ciclos musicales. En este sentido, su declaración como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de España contribuye a su consideración social, al interés del público general y a su salvaguarda frente a los riesgos a los que se enfrenta.