Ilustrado con “Plantas aéreas” de los dibujos originales de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816) dirigida por José Celestino Mutis que se conservan en el Archivo Histórico del RJB-CSIC

Dibujos de plantas epífitas y litófitas protagonizan los doce meses del calendario del Real Jardín Botánico-CSIC, una publicación tradicional de la que se han editado 2.000 ejemplares, ya a la venta, para poner en valor las colecciones históricas que conserva su Archivo Histórico.

Maxillaria y Tillandsia son unos géneros de plantas epífitas y litófitas, llamadas en ocasiones “plantas aéreas” ya que normalmente no enraízan en el suelo, crecen en recovecos de árboles y huecos de roca que tengan sustrato. Sus tallos, rizomas o tubérculos crecen en depósitos de humus en los huecos o rajaduras de las salientes rocosas o en cavidades formadas por la erosión, en la piedra caliza, o en montañas rocosas como las graníticas o de arenisca.

Además, las Maxillarias son de la familia de las orquídeas u orquidáceas (nombre científico Orchidaceae) formada por aproximadamente 25.000 especies de diversidad natural a las que se le suman 60.000 híbridos y variedades producidas por los floricultores.

Los dos géneros citados protagonizan el calendario 2024 del Real Jardín Botánico-CSIC, una publicación que tiene como objetivo poner en valor las colecciones históricas que conserva este centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En esta ocasión las imágenes que ilustran los doce meses del próximo año corresponden a los dibujos originales de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816) dirigida por José Celestino Mutis que se conservan en el Archivo Histórico del RJB-CSIC.

Se han editado 2.000 ejemplares del calendario que se puede adquirir a través de la Sociedad de Amigos del Real Jardín Botánico. Su precio es de 15 euros y la demanda de esta tradicional publicación no se limita a prácticamente todo el territorio nacional, sino que también llegan solicitudes de adquisición de varios países de América Central y del Sur, así como de varios puntos de Europa.

La venta, inicialmente, será física, en la sede de la Sociedad de Amigos del RJB-CSIC (acceso por calle Claudio Moyano, 1), desde mañana 5 de septiembre por la tarde y así todos los martes y jueves de 16.00 a 19:00 horas. El pago se puede realizar en efectivo o con tarjeta bancaria.

La fascinación por las orquídeas
Las orquídeas fueron conocidas y apreciadas por los seres humanos desde la Antigüedad. Existen escritos chinos de hace 1.500 años donde se hace referencia al cultivo de las orquídeas. En la antigua Grecia, se le atribuían propiedades curativas y afrodisíacas. Los aztecas utilizaban una variedad de orquídea -la vainilla (Vanilla plani-folia)-, para aromatizar una bebida espesa hecha a base de cacao, destinada a los nobles y a los guerreros y conocida con el nombre de xocoatl.

En Europa, el interés por ellas se despertó hacia 1731 cuando floreció la Bletia verecunda, primera orquídea tropical de la colección del almirante inglés Sir Charles Wager, quien la obtuvo de su amigo Peter Collinson, mercante de paños, que la había comprado en Panamá.

Los miembros de las clases sociales más acomodadas construían orquidearios para cultivarlas y mostrarlas a sus amistades. De hecho, cuando una orquídea florecía en tales colecciones, el evento daba lugar a grandes fiestas y la noticia cubría las primeras planas de la prensa de la época.

El comercio de las orquídeas a esta escala comenzó a ser factible con el descubrimiento del barco a vapor, a mediados del siglo XVIII, época del apogeo de la ‘orquideomanía’. Para satisfacer este consumo de orquídeas raras y exóticas, durante muchos años se recolectaron todo tipo de especies en los bosques y selvas americanos, colocando a muchas de ellas al borde de la extinción.

Grandes compañías comerciales surgieron especializadas en la recolección y venta de orquídeas. Se armaron grandes y costosas expediciones a Asia y a las regiones tropicales de América. Estas expediciones duraban varios meses en mula y a pie a través de los bosques y montañas tropicales y meses en el océano, por lo que solo muy pocas de las orquídeas recolectadas lograban sobrevivir hasta su destino, de ahí que se llegaran a pagar por ellas grandes sumas de dinero. Hay registros de una orquídea cotizada en 3.000 libras esterlinas, que hoy se podría equiparar a unos 60.000 euros.

La localización de estas flores era un secreto celosamente guardado entre los exploradores. Sirva, a modo de ejemplo, el único dato registrado del hábitat de algunas especies que era tan escueto como “estribaciones en la Nueva Granada”, Virreinato que incluía a los actuales territorios de Venezuela, Panamá, Colombia y Ecuador, y de cuya Flora de la Real Expedición (1783-1816), se presentan estos dibujos que ilustran el calendario 2024.