Luis Mateo Díez con su nieta, Luis García Montero, el escritor Manuel Longares, las profesoras Ángeles Encinar y Natalia Álvarez Méndez y el subdirector general de Promoción del Libro, Jesús González. Foto: Instituto Cervantes / Cristina Molero .

El pasado 7 de noviembre, el escritor Luis Mateo Díez (Villablino, León) recibía del ministro de Cultura la noticia de que había ganado el Premio Cervantes 2023. Solo ocho días después, el autor de El reino de Celama, de 81 años, ha protagonizado en el Instituto Cervantes dos actos de reconocimiento por su trayectoria literaria.

El doble homenaje comenzaba a las 19 horas con la entrega de un legado a la Caja de las Letras, un privilegio que podría haber esperado a abril de 2024, cuando recogerá de manos del Rey en Alcalá de Henares (Madrid) el mayor reconocimiento de las letras en español. Es tradicional que los autores galardonados con el Premio Cervantes depositen por esas fechas un legado en la cámara acorazada del Instituto.

Pero el narrador prefirió no esperar, y hoy se sumergió en ese sótano repleto de cultura para depositar en la caja número 1106 dos cuadernos de trabajo que son como la bitácora de su navegación literaria, unos mecanoscritos y un opúsculo. Todo ello, testigo fiel de su forma de trabajar.

El primer cuaderno de trabajo corresponde a su novela “El hijo de las cosas”. En sus páginas fue anotando a mano el propio título (declaró ser “incapaz de escribir” si no lo tiene elegido), las ideas previas, nombres de los personajes, la estructura narrativa, etc.

El otro cuaderno pertenece a la “Trilogía de los seres desaparecidos”, un libro inédito con tres novelas que creó años atrás y cuyo argumento ni siquiera recuerda.

Los mecanoscritos son primeras versiones en ordenador de “El desayuno del café Borenes” y “El encuentro de los desayunos”, piezas en las que narra su debilidad por los cafés mañaneros que solía tomar en buena compañía en la Plaza Mayor de Madrid.

Finalmente, el opúsculo titulado “Compulsaciones” es un inédito que dejó hoy guardado “para liberarme de él”, ya que le hace revivir el dolor por el vacío que dejaron sus seres queridos al morir, en especial su esposa Margarita. Es, dijo con pesar, “uno de los textos más hondos que he escrito”.

A ello se sumó un pequeño sobre que contiene un texto escrito por su nieta Mónica, una supuesta autobiografía como si ella fuese su abuela, y que responde a un trabajo que le mandaron hacer en clase dos años atrás. Luis Mateo Díez declaró sentirse muy orgulloso de su nieta adolescente: “Tiene madera de escritora”.

El director del Instituto Cervantes recordó que la primera noticia que tuvo del autor leonés fue por la revista Claraboya, y que “me hice lector apasionado cuando cayó en mis manos “La fuente de la edad””. Con sus libros tuvo “una fascinación” por el misterio de lo que se cuenta, por su forma de indagar y de escribir, por su lenguaje y su imaginación… “Me hice devoto seguidor” de Mateo Díez, confesó Luis García Montero, que reiteró su admiración por el narrador.

Los “territorios imaginarios” del autor

A continuación, se presentó “Territorios imaginarios de Luis Mateo Díez”, un volumen de más de 300 páginas en las que el Instituto Cervantes ha reunido veinte artículos sobre la narrativa de Mateo Díez analizada desde diferentes enfoques.

Participaron en la mesa redonda con Mateo Díez Natalia Álvarez Méndez, profesora titular de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de León, y Ángeles Encinar, profesora en Saint Louis University (Madrid) y académica correspondiente de la RAE. Las dos expertas le habían acompañado en la Caja de las Letras, al igual que el escritor Manuel Longares y que Jesús González, subdirector general en el Ministerio de Cultura. Moderó la charla el subdirector de Cultura del Instituto, Ernesto Pérez Zúñiga.

El libro se abre con una presentación de García Montero y un prólogo titulado “Grandeza de un fabulador”, de la editora del libro, Ángeles Encinar.

La primera sección, titulada “Perspectivas críticas”, agrupa ensayos de estudiosos que aportan nuevas visiones sobre la obra de Mateo Díez. Escriben Víctor García de la Concha, Santos Sanz Villanueva, Asunción Castro Díez, Domingo Ródenas Moya, Ana Luisa Baquero, Luis Beltrán, María Vittoria Calvi, Ángeles Encinar, María Payeras y José María Pozuelo Yvancos.

La segunda parte, “Miradas de autor”, reúne reflexiones de escritores actuales, coetáneos y más jóvenes, sobre el impacto de la literatura de Mateo Díez, bien a nivel personal o bien en el panorama de la historia universal. Firman Pilar Adón, Paloma Díaz Mas, Adolfo García Ortega, Manuel Longares, José María Merino, Julia Otxoa, Ernesto Pérez Zúñiga, Soledad Puértolas, Clara Sánchez y el propio Luis Mateo Díez.

Este es el segundo volumen de “Las Ínsulas Prometidas”, la colección de estudios críticos y de investigaciones académicas que desde 2021 viene editando el Instituto Cervantes para profundizar en el análisis de la obra de escritores contemporáneos en español. Con esta segunda Ínsula Prometida, que se terminó de imprimir el pasado mes de septiembre, el Cervantes cerraba los doce meses de celebración de los ochenta años del autor leonés.