La intervención del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), centrada en controlar las condiciones de humedad interior, se ha desarrollado en un plazo de 15 meses y ha supuesto una inversión total de 1,13 millones de euros

El Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), da por concluidas las obras de emergencia llevadas a cabo en la Iglesia y Sacristía del Monasterio de Santa María La Real en Nájera (La Rioja), aprobadas el pasado junio por el Consejo de Ministros. El objetivo principal de la intervención, que ha supuesto una inversión de 1.137.156 euros, ha sido garantizar la estanqueidad de la iglesia y sacristía del conjunto monacal para controlar las condiciones de humedad interiores.

El proyecto, enmarcado dentro del Plan Nacional de Abadías, Monasterios y Conventos coordinado por el IPCE, ha sido ejecutado por la empresa Alfaro Construcciones y Obras en un plazo de 15 meses.

La presencia de termitas de manera generalizada en el monumento, que se veía favorecida por dicha humedad, provocó de manera urgente la ejecución de las obras, ya que suponían un grave riesgo tanto para los elementos constructivos de madera como para los bienes muebles de alto valor artístico e histórico.

Para el desarrollo de la intervención y para garantizar la seguridad del conjunto, las obras se han centrado en las siguientes líneas estratégicas de trabajo: paliar la humedad por infiltración en cubiertas de la sacristía y la iglesia, incluido el campanario y el claustro; la humedad por fugas de la red de saneamiento, principalmente en los pies de la iglesia; la humedad por capilaridad, intentando minimizar la presencia de aguas subterráneas de acuíferos o procedentes de la ladera del cerro; y la humedad por condensación, principalmente en la sacristía ante la falta de ventilación de sus cerramientos.

Además, con el fin de garantizar la seguridad estructural, se ha trabajado en la consolidación de elementos constructivos afectados en bóvedas, muros y pilares, y se ha recuperado la estabilidad y los elementos más singulares de la fachada y las vidrieras.

Además, se han llevado a cabo otras acciones como la reposición de baldosas de piedra arenisca del solado de la iglesia para contribuir a la seguridad del recorrido por parte de los visitantes y la colocación de seis nuevas peanas con paneles explicativos, que ponen en valor la iglesia desde el punto de vista histórico y artístico.

La intervención contribuye a poner en valor un conjunto histórico que hoy es sede de la Escuela de Patrimonio Histórico de Nájera y cuna de la formación de especialistas en materia de protección, restauración, conservación y gestión del patrimonio cultural.