El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, sendos Reales Decretos por los que se declara Bien de Interés Cultural el denominado Legado Cajal, fondo patrimonial de indiscutible valor histórico y científico; y se reconoce a ‘Los toques tradicionales de guitarra en las fiestas participativas’ como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial, por su papel de socialización y de fraternidad.
El Legado Cajal está formado por más de 28.000 bienes que Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) quiso que se conservasen en el Instituto Cajal tras su fallecimiento. Son objetos de tipo científico y técnico, como material de laboratorio y placas histológicas con inscripciones de su puño y letra, además de dibujos -de valor excepcional, porque con ellos mostraba las complejas texturas del sistema nervioso-, publicaciones y un gran archivo fotográfico.
El Legado Cajal también lo forman su silla y su mesa de trabajo y un interesante grupo de objetos personales, como sus últimas gafas, billetera, bastón y la toga de catedrático, además de importantes condecoraciones, entre las que destaca el Premio Nobel en Fisiología y Medicina (1906) por sus descubrimientos acerca de la estructura del sistema nervioso y el papel de la neurona, galardón que compartió con Camillo Golgi.
En mayo de 2023, el Legado Cajal fue depositado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, donde está disponible para investigadores, exposiciones y divulgación. El Legado Cajal fue declarado Memoria del Mundo por la UNESCO en 2017 y está adscrito a la Agencia Estatal Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Con su declaración como Bien de Interés Cultural, recibe la máxima protección estatal en el ‘Año de Investigación Ramón y Cajal’, iniciado en 2022 y con extensión hasta mayo de 2025.
La guitarra, más que un instrumento
También hoy el Consejo de Ministros ha reconocido el papel de los toques tradicionales de guitarra en las fiestas participativas como una manifestación ligada a las culturas rurales y a sus modos de expresión de tipo comunitario. A su valor musical se suman los valores sociales desde el punto de vista identitario, de pertenencia a una comunidad y de elemento socializador y de fraternidad entre personas de distintas edades, sexos y procedencias.
Los toques de guitarra participan del mantenimiento de repertorios autóctonos que son característicos de determinadas poblaciones y comarcas. Pero, más allá del material puramente musical (repertorios, técnicas, afinaciones, instrumentos), existe una forma de entender la fiesta en la que la guitarra es el elemento sustentador.
La declaración como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial contribuirá decisivamente a la salvaguarda de los toques tradicionales de este instrumento, alrededor del cual han tenido lugar muchos momentos de la vida de los habitantes de España, como se puede comprobar en todo tipo de fuentes de los siglos XVII al XX, que testimonian su presencia en la vida diaria.
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