Retablos de la Catedral de Cuenca. La intervención, a cargo del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), ha tenido una duración de nueve meses y ha supuesto una inversión de 255.930 euros

El Ministerio de Cultura, a través del Instituto del Patrimonio Cultural del España (IPCE), ha concluido la restauración de tres retablos de gran valor histórico-artístico de la Catedral de Cuenca. Con una inversión de 255.930 euros, la intervención ha consistido en la conservación y restauración de tres conjuntos del siglo XVI: el retablo de La Asunción, de Gonzalo de Castro; el retablo de San Gregorio y el retablo de la Asunción, de Gómez El Viejo y taller.

Los tres retablos estaban ubicados en diferentes estancias y capillas de la catedral y presentaban deficiencias en su estado de conservación. Con carácter general las pinturas, la mazonería y las esculturas estaban dañadas y oscurecidas por la oxidación de barnices y la acumulación de suciedad.

Los trabajos, dirigidos por el IPCE, se han desarrollado a lo largo de nueve meses. La fase inicial consistió en los estudios físicos y químicos para investigar la composición de los materiales y establecer el estado de deterioro de las piezas. Posteriormente, se realizaron los trabajos de refuerzo y consolidación de soportes para devolver la estabilidad estructural de los retablos con un sistema de anclaje al muro adecuado. Y finalmente, se procedió al tratamiento orientado a devolver la calidad artística de las pinturas sobre tabla y la mazonería con procesos de fijación de la pintura y limpieza.

Desafío para recuperar la planta original

El caso más paradigmático ha sido el del retablo de la Asunción, de Gonzalo de Castro, que había sufrido una remodelación de su estructura original, pasando de tener planta recta original a una estructura poligonal para que encajara en el muro de la capilla donde se ubicó. Además, faltaba su tabla central, una pintura sobre tabla que se conservaba en el Museo Catedralicio y cuya pertenencia original al retablo se constató gracias a la investigación histórico-artística y los estudios físicos y químicos de la intervención. Tras su restauración, la tabla se ha devuelto a su ubicación original en el retablo, al que también se le ha restituido su composición original en planta recta.

Los tres retablos renacentistas restaurados ya pueden admirarse en su ubicación actual: el retablo de La Asunción, de Gonzalo de Castro, en la Capilla de los Pozo, situada en la parte posterior del ábside de la Capilla Mayor, en la girola; el de la Asunción, de Gómez el Viejo y taller, en la pared sur de la antesala capitular; y el de San Gregorio, en la pared sur de la ante sacristía.

Contexto histórico y estilo

La Catedral de Cuenca inició su construcción en el siglo XII, sobre una antigua mezquita árabe, bajo el reinado de Alfonso VIII. Pese a una cronología que la incluiría dentro del estilo tardo-románico del reino español, es considerada la primera catedral gótica de Castilla, cuyo estilo pudo provenir de arquitectos procedentes del norte de Francia.

Los tres retablos se realizaron específicamente para la catedral y de dos de ellos se conoce el taller que los realizó. Ambos pertenecen a la corriente pictórica más importante del arte conquense del siglo XVI, iniciado por Gonzalo de Castro con sus hijos Diego y Pedro (Retablo de la Asunción de la girola), que continuó con su yerno Martín Gómez el Viejo y sus descendientes a través de varias generaciones (Retablo De la Asunción de la antesala capitular).

El primer Renacimiento se introduce en Cuenca durante las primeras décadas del siglo XVI gracias a Juan de Borgoña, el artista más importante que trabaja en Castilla en ese momento. Introduce el nuevo estilo procedente de Italia, que se irá fundiendo con el hispano flamenco imperante. Este momento de transición del gótico al renacentista se hace patente en estos tres retablos.