No han faltado frases bonitas para definir Cuba: “La perla de las Antillas”, “Un país para perderse”, “La isla bonita” (según Madonna), “Una isla, tres continentes” (según Alexander von Humboldt) o, simplemente “Cuba única”, como la muestra la actual promoción oficial. Aunque el primer piropo a la isla fue de Cristóbal Colón cuando pisó el 28 de octubre de 1492 Cayo Bariay, cerca de Holguín, y la definió como “la más hermosa que ojos humanos hayan visto”. Claro que algo parecido dijo cuando llegó a Puerto Rico un año después: “¡Oh! ¡Oh! ¡Oh! Esta es la linda tierra que busco yo”, que allí incorporaron a su himno nacional: la Borinqueña.
Paisajes sorprendentes
Puede que las bellas palabras sobre Cuba tengan una buena base, aunque el país no esté en su mejor momento. A la isla no le faltan espectaculares paisajes como los del Valle de Viñales y Pinar del Río conocido como la “catedral de la naturaleza” de Cuba, que reúne títulos de Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, además de ser el lugar donde se cultiva el mejor tabaco del mundo que, tras el torcido que algunas trabajadoras hacen sobre sus gruesos muslos, se convierte en contundentes puros habanos.
Y del tabaco al azúcar, los dos productos principales de origen cubano (también es mala suerte cuando la gente está dejando de fumar y se pasa a la sacarina). Casi al otro extremo del país, cerca de Trinidad, una de las ciudades coloniales mejor conservadas, se encuentra el llamado Valle de los Ingenios o Valle de San Luis, un sistema ecológico y cultural en el que se mezclan monumentos, sociedad y naturaleza al que, curiosamente, se puede llegar desde Trinidad, si no se tiene prisa, en una máquina de vapor de 1919 que funciona como tren turístico con un circuito de dos horas y media.
De su pasado esplendor poco queda, pero aún se pueden visitar antiguas haciendas y sus restos de arquitectura, como como la torre campanario de Manaca Iznaga desde donde se vigilaba el trabajo de los esclavos y se avisaba de algún peligro. Siguiendo la llamada Ruta del Esclavo se llega al Mirador del Valle que ofrece preciosas vistas sobre la llanura de Trinidad con verdes colinas al fondo. Hay una instalación de tirolinas y un puesto de bebidas y libros, aunque todos son sobre Fidel, Che Guevara y la Revolución (ni en los hoteles de lujo, las librerías de las ciudades o el aeropuerto es posible encontrar libros de otras temáticas).
Playas espectaculares
Pero sin lugar a dudas las más aclamadas se encuentran en los cayos, tales como Santa María, Ensenachos, Las Brujas, Cayo Coco o el espectacular Cayo Largo del Sur. Y aunque no es la más bella, sin duda la más famosa es la de Varadero, con nada menos que 22 kilómetros de fina arena y aguas transparentes, su perenne luz tropical y su exótica y exuberante vegetación.
Aquellos eran tiempos en que Ernest Hemingway escribía El viejo y el mar o Por quién doblan las campanas, vivía en el hotel Ambos Mundos en el centro de La Habana Vieja y más tarde en su Finca Vigía a 24 kilómetros y bebía docenas de daiquiris gigantescos en una tarde en el Floridita y algunos menos mojitos en la Bodeguita del Medio; en los que Nat King Cole cantaba en Tropicana y eran visitantes habituales Marlon Brando, Ava Gardner o Errol Flynn.
Pero volviendo a las playas y aunque las hay muy bellas en Cuba, como la preciosa y turquesa Playa Pilar, en Cayo Guillermo al norte de la isla; Punta Arena en Cayo Levisa, una de las pocas playas vírgenes en Cuba donde se puede pernoctar en cabañitas de madera en la propia arena rodeados de palmeras y vegetación; Punta del Mentiroso en Cayo Jutías, cerca de La Habana, donde puede acamparse, aunque hay que tener cuidado con los mosquitos; Playa Mojito en el popular Cayo Coco, también en el norte, muy visitada por los turistas y con unas puestas de sol únicas…
Para los amantes del submarinismo o buceo, este es su destino. Es uno de los principales puntos de inmersión de Cuba con espectaculares formaciones de coral y los asombrosos peces tropicales que habitan sus aguas, además de alguna barracuda o un tiburón nodriza; también se puede nadar entre delfines. Y en tierra pueden contemplarse hermosas iguanas y es el lugar ideal para admirar cómo cientos de tortugas marinas ponen sus huevos en la cálida arena blanca. Curiosamente, también es el lugar perfecto para los practicantes del naturismo que conviven en perfecta armonía con el resto de visitantes.
Ciudades con historia
En la actualidad Trinidad es considerada como una ciudad-museo con estrechas calles adoquinadas, algunos edificios restaurados, bellas iglesias y fantásticos patios, que le otorgan esa atmósfera típicamente colonial, y en ella destacan la Plaza Mayor y la iglesia Mayor de la Santísima Trinidad, que alberga entre sus piezas más valiosas el famoso Cristo de la Vera Cruz.
Otras ciudades destacadas son Holguín, Granma, cuna de la Revolución y nombre del diario oficial, Matanzas, Camagüey… Mención aparte merecen Santiago de Cuba, la segunda ciudad en importancia del país caribeño y en el extremo de la isla, por lo que no es muy visitada. Gracias a su situación privilegiada fue la primera capital del país durante un tiempo y puerta de entrada de los primeros esclavos negros a Cuba y, con ellos, sus tradiciones que aún se conservan.
En la propia bahía se puede leer un cartel que dice “La ciudad que más me gusta a mí”, citando las palabras que dijo el famoso cantante Benny Moré, que tiene una estatua en la calle principal. En el centro de la ciudad está el Parque José Martí, a quien está dedicadas infinidad de estatuas y monumentos en todo el país, fue político, diplomático, poeta, ensayista, periodista y filósofo, fundador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de Independencia de Cuba. En el parque se dan cita la catedral, el Teatro Tomás Terry y varios museos y galerías, además de un mercadillo para turistas que ofrece tosca artesanía, igual en casi todos los puestos.
Y, por supuesto, La Habana
La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1982, es el casco histórico de la ciudad, formado a partir del puerto y la Plaza de Armas. Aquí se encuentran monumentos antiguos, fortalezas, iglesias, palacios… algunos de ellos auténticas joyas arquitectónicas de diversas épocas y ofrece una de las colecciones de edificaciones urbanísticas más completas de toda América, solo comparable, aunque más extenso, a los centros históricos de otras ciudades coloniales de la región, como Cartagena de Indias, el Viejo San Juan, la zona colonial de Santo Domingo o el Casco Antiguo de Santo Domingo.
Al otro extremo de La Habana Vieja está Centro Habana, uno de los emplazamientos más bonitos y alegres de la capital cubana, en él se encuentran algunos de los edificios más interesantes y emblemáticos de la ciudad y del país, como es el caso del Capitolio Nacional de Cuba que pretende competir con el de Washington, pero un metro más alto, un metro más ancho y un metro más largo. En el centro del largo y muy decorado pasillo central está el salón de los Pasos Perdidos y una estrella en el suelo que marca el Kilómetro Cero de la isla. Lo marcaba un grueso brillante que fue robado y recuperado tras una compleja andadura y hoy se tiene a buen recaudo.
Hay todavía mucho que ver en La Habana, pero para tener una idea de la ciudad es imprescindible recorrer, al menos una parte, del Malecón que con ocho kilómetros de longitud es uno de los puntos de reunión preferidos por amantes, poetas, trovadores, filósofos y pescadores. Goza de un ambiente especialmente apasionado durante el atardecer, ya que es aquí donde se puede apreciar uno de los ocasos más bellos de la isla.
El turismo, ¿la solución?
Mientras se mantengan los criterios políticos que guían a los dirigentes cubanos, casi la única posibilidad de mejorar la situación en Cuba es el turismo, por ello apuesta el actual titular de la cartera ministerial, Juan Carlos García Granda, pero la realidad es que los objetivos que se propone no pueden cumplirse y el descenso de llegadas de turistas extranjeros baja de año en año. Para 2024 estaban previstos 3.2 millones que luego se rebajaron a 2,7 pero en septiembre la cifra era de 1,7, no parece posible que se consiga un millón más en el último cuatrimestre, cuando la isla ha sufrido el paso de los huracanes Rafael y Oscar y dos seísmos, además de los apagones y los cortes de agua.
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Sin duda una parte de los beneficios que generan irán al Gobierno cubano, pero como es lógico el principal bocado se quedará en las propias cadenas, la mayoría de ellas españolas, sobre todo Meliá e Iberostar que ofrecen varios hoteles de lujo en distintos lugares de la isla, o en las líneas aéreas que vuelan a La Habanaa, también varias españolas. Poco queda para los cubanos, así se explica que un afortunado camarero de unos de los grandes hoteles españoles todo incluido, apenas gane 30 euros al mes y no puede quejarse porque al menos come todos los días, aunque sea lo que los turistas dejan en los bufés.
Cuba según Leonardo Padura
Para conocer la historia reciente y la realidad actual de Cuba y su capital, nada mejor que dejarse guiar por el escritor cubano Leonardo Padura y su más reciente libro “Ir a la Habana” (Tusquets Editores, octubre 2024) en el que combina sus impresiones sobre el país y su capital con fragmentos de sus novelas, protagonizadas casi siempre por el detective Mario Conde. Aunque lleva casi 70 años viviendo en el barrio de Mantilla en las afueras de La Habana, no ahorra críticas a la ciudad, a algunos de sus habitantes y a los líderes antiguos y actuales de la Revolución.
Son muchas las críticas de Padura al furor revolucionario que llevó en 1968, casi diez años después de la Revolución, por ejemplo, a “intervenir” restaurantes, fondas, barberías, talleres, puestos de frita y hasta sillones de limpiabotas para luego otorgarlos a gente sin experiencia. O la sustitución de las pequeñas huertas de hortalizas y frutales en el Cordón de la Habana, por plantaciones de café que nunca prosperaron. O la explicación que dio un funcionario del Ministerio de Pesca de por qué comer pescado en La Habana era un lujo, ya que en los mares que rodean la isla hay pocos peces (¡!) y en cambio se alentaba el consumo de jutías un roedor salvaje carroñero en vías de extinción.
Texto: Enrique Sancho
Fotos: Carmen Cespedosa y archivo
Más información:
https://www.cuba.travel/
https://turismodecuba.info/
https://www.grupocubanacan.com/
https://www.mintur.gob.cu/
https://www.melia.com/es/hoteles/cuba
https://www.ibercuba.com/
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