Bajo el título La tiranía de Cronos, la muestra es el marco en el que se han presentado los retratos que ha realizado Annie Leibovitz de los Reyes de España y del ex gobernador, Pablo Hernández de Cos. Se trata de las dos últimas incorporaciones a la galería de efigies del Banco y la primera vez que el medio utilizado para estos retratos es la fotografía. La propuesta de Leibovitz constituye un punto de inflexión en una tradición que se remonta a los orígenes de la institución, aunque engarza con la tendencia de creadores como Goya —también presente en la muestra— de enfocar estos encargos desde una plena conciencia de sus intenciones artísticas. En la exposición, además, podrá verse una heterodoxa selección de relojes y obras de la Colección Banco de España, realizadas por artistas de diversas procedencias y momentos históricos, que cuestionan y transgreden la concepción hegemónica del tiempo en la sociedad occidental.
¿Cómo se ha configurado el tiempo lineal de la modernidad? ¿Qué relación mantiene con el control de la productividad? ¿Qué cuestionamientos y transgresiones se plantean frente a esa concepción desde contextos culturales no occidentales y desde el espacio del arte? Indagar en torno a estas cuestiones es el principal objetivo de la exposición La tiranía de Cronos. Una indagación que se despliega tomando como materia prima el propio fondo patrimonial del Banco de España, a través de la presentación de alrededor de medio centenar de piezas, aunque contando también con préstamos de otras instituciones nacionales e internacionales.
Entre esas piezas se encuentra una amplia selección de los relojes que el Banco conserva. El reloj ha jugado un papel crucial en la construcción del modo de percibir y representar el tiempo en la cultura occidental y también, de manera específica, en la propia historia del Banco de España, donde ha estado presente desde su fundación a finales del siglo XVIII, de la mano de una incipiente burguesía financiera que veía este objeto como un símbolo de progreso y distinción social.
La génesis de la muestra es el trabajo de investigación llevado a cabo por la División de Conservaduría en torno a la colección de relojes de la institución, que dio lugar a un catálogo razonado, publicado el pasado año, que recoge con detalle los casi doscientos ejemplares que atesora la institución. La investigación permitió documentar, por ejemplo, que los relojes más antiguos fueron adquiridos para la primitiva sede en la calle de la Luna del Banco de San Carlos, entidad considerada como la primera antecesora del Banco de España.
Retratos al hilo el tiempo
El reloj es un objeto que aúna lo artístico y lo tecnológico, lo representativo y lo funcional. Ambas facetas se ponen de relieve en La tiranía de Cronos, donde todos los ejemplares expuestos están en funcionamiento, lo que propicia que la exposición tenga una dimensión sonora, pues los visitantes podrán escuchar sus mecanismos y sonerías, al igual que lo hicieron los empleados de la institución a lo largo de sus más de dos siglos de existencia.
La muestra, que se articula en tres secciones, da cuenta en una de ellas, Retratos al hilo del tiempo, de cómo este objeto, por su gran carga simbólica (mide, mesura, marca las obligaciones, los tiempos), ha sido frecuentemente utilizado como motivo artístico, de manera muy especial en los retratos de dignatarios y monarcas. Ejemplo de ello son varios de los cuadros que forman parte de nuestra galería de efigies que pueden verse en el recorrido, como los que realizó Goya del conde de Floridablanca y de Francisco de Cabarrús; el que llevó a cabo José Gutiérrez de la Vega en 1852 de Ramón de Santillán; o el que hizo del gobernador José Ramón Álvarez-Rendueles la artista madrileña Isabel Quintanilla en 1985, el primero firmado por una mujer.
El reloj también está presente en las dos últimas incorporaciones a dicha galería: los retratos del rey Felipe y la reina Letizia, y el del gobernador Pablo Hernández de Cos que ha realizado, por encargo expreso del Banco, Annie Leibovitz, fotógrafa estadounidense que en 2013 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. La exposición La tiranía de Cronos, con la que el Banco de España aspira a lanzar una nueva mirada a su propia identidad y especificidad institucional, será el marco para la presentación pública de estos retratos que dan continuidad, al tiempo que actualizan, una tradición que se remonta a los inicios de la institución y que esta ha mantenido de manera casi ininterrumpida durante sus más de 240 años de historia, dando cabida a los más destacados retratistas de cada momento histórico, desde Goya, Maella, Vicente López, Federico de Madrazo, Sorolla o más recientemente Isabel Quintanilla y Carmen Laffón.
No obstante, se trata de la primera vez que la tradicional pintura de caballete se sustituye por un medio, el fotográfico, que revolucionó el género retratístico desde su nacimiento en el siglo XIX. Y para ello hemos contado con una figura central de la fotografía contemporánea, autora de retratos icónicos en la cultura visual de los siglos XX y XXI. Hay una línea invisible que vincula, a través del tiempo, a Goya —y la tradición del retrato regio español en su edad de oro— con Leibovitz no solo por su apuesta por aplicar el protocolo minimizando el aparato, sino sobre todo por su manera de abordar el encargo desde una plena libertad y conciencia de sus intenciones artísticas que le permite generar imágenes históricamente relevantes.
El Rey viste el uniforme de gran etiqueta de Capitán General del Ejército de Tierra. El vestuario de la Reina está compuesto por dos piezas históricas cedidas para la ocasión que pertenecen a la colección de la Fundación Antoni de Montpalau. Se trata de una fundación constituida en Sabadell en 2004 y que cuenta con más de 6000 piezas de donantes privados. Su fin es conservar, documentar y difundir información sobre la moda y los tejidos.
El vestido, negro, de escote palabra de honor y corte sirena, es una prenda de gala creada por el modisto español Cristóbal Balenciaga a finales de los años cuarenta. Fue confeccionado en tul de seda plisado. La segunda prenda, la capa, está realizada en seda salvaje color fucsia. Un patrón clásico de Balenciaga que fue creado en la década de los años sesenta.
En la exposición, las fotografías de Annie Leibovitz forman parte de Retratos al hilo del tiempo, el primero de los tres capítulos que componen la muestra. Los dos restantes, No tengo tiempo y Un tiempo sin reloj, reúnen piezas de nuestra colección contemporánea, algunas de ellas adquisiciones recientes, lo que pone de relieve la apertura hacia nuevos lenguajes y el proceso de internacionalización que se ha impulsado en los últimos años.
No tengo tiempo
Este apartado articula una reflexión en torno al arraigado malestar contemporáneo del porqué el tiempo ya no nos pertenece. Toma su título, No tengo tiempo, de una obra del artista croata Mladen Stilinović en la que se repite de manera obstinada dicha frase. Ese gesto funciona como prólogo a las propuestas de artistas, de carácter eminentemente conceptual, sobre la noción occidental del tiempo y su papel en la sociedad capitalista, que no hubiera sido posible tal y como la conocemos sin el reloj, una máquina capaz de medir el tiempo con exactitud y de intercambiarlo por mercancía.
El trabajo como fuente de alienación, la precariedad laboral de las nuevas clases creativas, la disolución de las fronteras entre trabajo y vida, o la relación entre tiempo y dinero son algunas de las cuestiones que abordan las piezas de esta sección. En ella también se incluye un grupo de obras que dan cuenta del papel que el reloj —metáfora de la regulación y el orden— ha tenido y tiene en el día a día del Banco como elemento presente en sus edificios y espacios de trabajo, no solo como objeto de colección o motivo pictórico. Además de obras del ya citado Mladen Stilinović, en este apartado podrán verse piezas de Isidoro Valcárcel Medina, Ibghy & Lemmens, Raqs Media Collective, Inmaculada Salinas, Juan Luis Moraza, Manolo Laguillo y Candida Höffer, así como un fragmento del filme Tiempos modernos, de Charles Chaplin, película que constituye uno de los más lúcidos precedentes de las teorías críticas contemporáneas sobre la capitalización de la vida y de los cuerpos.
Un tiempo sin reloj
El tercer y último apartado es el que más claramente contesta a la concepción de un tiempo lineal, mensurable y predecible que está en la base de la lógica productiva contemporánea. Lo hace a través de una selección de obras que dan cuenta de que hay otros modos de concebir, experimentar y representar el tiempo que proceden del lenguaje de la creación o de contextos culturales no occidentales, como el indigenismo, que busca otro tiempo, ligado a los ciclos naturales o los saberes propios.
Junto a esta noción de un tiempo alternativo, reversible, no lineal, se pueden situar también algunos procesos del arte recogidos en esta muestra que proponen otros modelos de tiempo ligados a la cultura de la desaceleración o del movimiento lento (slow movement), o que cuestionan directamente el extendido principio de que el tiempo es oro (o time is money, en su acepción inglesa) y que, por lo tanto, no se puede perder. Son artistas que conciben y experimentan el tiempo desde posiciones más liberadoras o que discuten su regulación impuesta por la sociedad de consumo. Es esta dimensión transgresora y potencialmente emancipadora del tiempo no colonial y del tiempo poético la que reivindican y exploran las obras de Yto Barrada, Antonio Pichillá, Ángel Poyón, Manuel Chavajay, Pieter Vermeersch, Javier Núñez Gasco, Victoria Civera, Chema Madoz y la antes mencionada Inmaculada Salinas que se incluyen en esta tercera sección de la muestra.
Comisariada por Yolanda Romero, conservadora del Banco de España, la exposición La tiranía de Cronos reúne más de cincuenta obras de veinticuatro artistas o colectivos artísticos, incluyendo tapices, pinturas, esculturas, fotografías y relojes. La más antigua, Triunfo del Amor y la Eternidad sobre el Tiempo, un tapiz de Jan Leyniers según diseño de David Teniers III, está fechada en 1684, mientras que las más recientes son de la década de 2020. Aparte de estas obras, se exponen en torno a una veintena de relojes, en su mayor parte de los siglos XVIII y XIX, aunque también hay varios ejemplares del siglo XX. La exposición cuenta con préstamos de seis instituciones: Patrimonio Nacional, el Museo Nacional del Romanticismo, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología, el Museo Naval de Madrid, el Musée international d´horlogerie La Chaux-de-Fonds y la Colección Gerardo van Waalwijk van Doorn.
En paralelo a la muestra se ha editado un catálogo que, además de ofrecer información detallada de todas las piezas expuestas, incluye una serie de ensayos que nos permiten profundizar en las cuestiones y problemáticas que en ella se abordan. Tanto dicha publicación como el catálogo Colección de relojes del Banco de España. Las horas ya de números vestidas, que constituye el punto de partida de este proyecto expositivo, se encuentran disponibles bajo libre descarga en el portal web de la Colección Banco de España (https://coleccion.bde.es/).
La tiranía de Cronos podrá verse en la sala de exposiciones de la sede Cibeles del Banco de España (Alcalá 48, Madrid) desde el 27 de noviembre de 2024 hasta el 29 de marzo de 2025, de martes a sábado, de 11 a 14 h y de 16 a 20 h. La entrada a la muestra es gratuita, previa reserva de invitaciones. Se organizarán visitas comentadas los miércoles de 18 a 19 h, y los sábados de 11 a 12 h, así como visitas para grupos familiares los sábados de 12:15 a 13:15 h.