14 octubre – 5 enero 2009
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
El Museo Reina Sofía acoge la más completa retrospectiva que se ha realizado en Europa de la artista norteamericana Nancy Spero (Cleveland, Ohio, 1926). La muestra, organizada junto con el Museo d’Art Contemporani de Barcelona (MACBA), donde ha sido expuesta recientemente, intenta subrayar todos los aspectos fundamentales de la obra de una de las pioneras del arte feminista y de la escena contestataria de Nueva York de los años 60 y 70.
Disidanzas de Nancy Spero llega al edificio del Reina Sofia procedente del Museo de Arte Moderno de Barcelona (MACBA). Las diferencias entre un espacio arquitectónico y otro son tan distantes como el tiempo que les separa.
MACBA, edificio de Richard Meier concebido y creado como museo es hoy por hoy, uno de los edificios modernos que mejor ha sabido conjugar arquitectura y habitabilidad. Un espacio en constante diálogo entre interiores y la luz exterior.
Por su parte el edificio ocupado antiguamente por el hospital de San Carlos, hoy Museo Reina Sofía, siempre ha presentado las lógicas dificultades de un edificio no creado ex profeso. Muy discutida ha sido la polémica de cómo la arquitectura moderna, de formas casi imposibles, podría “comerse” las piezas artísticas que contiene.
El caso de Disidanzas es un ejemplo en este sentido. Si en la muestra del MACBA el espectador recorría las salas en un zigzagueante recorrido, en el Reina Sofía el espacio es más clásico y equilibrado. La pretensión del artista de dar importancia al movimiento y de hacer partícipe al espectador a través de este movimiento es conseguida. Sin embargo el Reina Sofía ofrece un espacio más compacto, una visión más conjunta y estructurada.
Destacar muy especialmente las series “Torture of Women” de 1976 y “The First Language” de 1981, ambas series aparecen contrapuestas en el pasillo central, dialogando una con la otra. “The First Language” supone un punto de inflexión en la carrera de Nancy Espero. A partir de entonces abandona la palabra escrita a favor del cuerpo femenino como vehículo expresivo.
Por último, la pieza “Maypole: Take No Prisioners” de 2007 ocupa un espacio más convencional en el Reina. Sin embargo la sala con ventana enrejada otorga a la obra mayor dramatismo, una sensación más carcelaria; con la que gana la obra y el espacio.
En esta nueva distribución todas las piezas cobran más fuerza. Una organización más acorde a las etapas más significativas de la artista norteamericana que ayudan al visitante a entrar en la obra y vida de Nancy Spero. La dialéctica entre el contenedor moderno y antiguo a veces da sorpresas. En este caso el contenedor más clásico revaloriza la exposición. Las piezas se mueven en un baile acompasado dando lo mejor de sí.
A través de un conjunto muy significativo de sus obras que van desde algunos de sus primeros trabajos, realizados cuando todavía era estudiante en el Art Institute de Chicago (nunca antes habían sido expuestos), hasta su última presentación en la pasada Bienal de Venecia, “Maypole 2007”, la exposición reúne 178 obras y presenta un recorrido cronológico.
Comisariada por Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró, esta muestra intenta presentar el trabajo de Nancy Spero como parte de un proyecto vital y unitario en el que las piezas individuales encajan en un todo a la manera de un libro; de hecho, en una entrevista reciente, la autora reconocía que la escritura es parte fundamental de su obra y que en realidad toda ella se puede leer como un libro.
El título de la exposición Nancy Spero. Disidanzas (extraído de un texto de Hélene Cixous) anuncia una propuesta de lectura en la que se relacionan dos aspectos fundamentales de la obra de la artista: su carácter crítico y contestatario con la situación político-artística que le ha tocado vivir a lo largo de su carrera y la importancia del movimiento y del cuerpo como vehículos de articulación de su discurso. La exposición presenta la obra de Spero como un proyecto unitario en la que presente y pasado se confunden a la manera de los ritos y narraciones antiguos que le sirven de inspiración. Además se ha adaptado para esta exposición una instalación específica sobre pared en la que la artista elimina cualquier obstáculo entre la obra y el espacio que la muestra.
La exposición estará acompañada de un catálogo abundantemente ilustrado con ensayos de Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró, Benjamín Buchloh, Hélèle Cixous y Mignon Nixon. Así mismo la publicación recogerá una amplia selección de escritos de la artista y las obras representadas en la muestra.
Nancy Spero es, junto a autoras como Martha Rosler o Adrien Piper, una de las pioneras del arte feminista y figura fundamental de la escena contestataria del Nueva York de los años 60 y 70. Comenzó pintando lienzo a la manera del pintor tradicional pero pronto se dio cuenta de que este medio era eminentemente masculino y, como tal, la marginaba como artista. A partir de ese momento sus esfuerzos se concentraron en crear un lenguaje pictórico específicamente femenino, donde la mujer estrena su capacidad de comunicar en un espacio propio. Este espacio, que desecha el lienzo y se decanta por la fragilidad del papel, se organiza en torno a un léxico de figuras transhistóricas y transculturales, reales y mitológicas, que trabajadas una y otra vez desenmascaran estereotipos y desplazan categorías y jerarquías. El movimiento, el ritmo y el color, constituyen una gramática aplicada directamente sobre el cuerpo de la mujer que, reforzada y llena de energía, conquista “feminizando” el espacio masculino del arte.
En 1959, Nancy Spero y su marido, Leon Golub, ambos pintores figurativos establecidos en Chicago, se trasladan con sus hijos a París donde residen de 1959 a 1964, huyendo de la preponderancia de la abstracción en el panorama artístico norteamericano. En esta ciudad Spero entra en contacto con círculos intelectuales más literarios que artísticos y profundiza en lecturas que más tarde serán fundamentales para su trabajo, como es el caso de los textos de Artaud. Durante esos primeros años la artista realiza una serie de trabajos agrupados bajo el título de Black Paintings (1959-1960). Se trata de obras figurativas, de expresionismo lírico, centradas en temas como la noche, la maternidad o los amantes en las que deambulan personajes sobre fondos oscuros creados laboriosamente mediante la acumulación de capas de pintura. La sensación de aislamiento y cerrazón que transmiten estas obras se corresponde con la situación personal y profesional de la artista. Tal como explica Spero, su trabajo como artista en esta época era la sombra de su tarea como madre. Pintaba de noche, cuando sus hijos dormían: “Quería transmitir la idea de una persona y de la soledad del propio destino” afirma la artista en uno de sus escritos.
Spero y Golub vuelven a Nueva York en 1964 justo en el momento en que la oposición a la guerra de Vietnam y el movimiento de los derechos civiles toma protagonismo en su país. Es el compromiso político, lo que le ayuda a salir de su aislamiento y le otorga una voz propia, que, a partir de ese momento, se convertirá en motivo fundamental de búsqueda en su trabajo. Spero desecha la pintura sobre tela, medio al que califica de masculino, y se decanta por el uso del papel, que con su fragilidad le otorga una nueva temporalidad, procesualidad y expresividad a su pintura, como ocurre en la serie War (1966-1970). En ellas Spero da rienda suelta a su cólera y repulsión frente a la guerra, a través de manifiestos en los que introduce una explícita imaginería de género y múltiples metáforas sobre la obscenidad y la violencia del poder. Sus obras se inundan de lenguas y bombas fálicas, de helicópteros y hongos atómicos defecantes y de frases hechas del argot militar. Se trata de un conjunto obsesivo que crea una suerte de jeroglífico o escritura visual.
Como afirma la artista: “yo quería escandalizar, quería impactarles con la idea de la obscenidad de la guerra…, mostrando la guerra como una sexualidad obscena, pornográfica, de modo que la bomba fuese antropomórfica y el cuerpo obsceno, a la vez masculino y femenino. …Utilizaba el motivo tan trillado de representar el pene como arma, y con el aspecto obsceno de esa lengua que vomita sobre las víctimas, y los helicópteros, que yo entendía como los signos de la guerra de Vietnam, convirtiéndose en monstruos prehistóricos…”
En 1969 Spero se distancia del debate político-militar del momento para crear un conjunto de obras basadas en textos del poeta francés Antonin Artaud, las Artaud Paintings (1969-1970). En ellas cita al poeta de manera compulsiva, para expresar y exorcizar la ira y la alienación que sentía como artista.
Como dice la propia Spero: “Estaba realmente furiosa contra el mundo del arte. Estaba furiosa porque me sentía silenciada. Creo que por eso me atrajo tan intensamente el lenguaje de Artaud en esa época” “Artaud escribió mucho sobre el dolor físico y mental y yo sé muy bien lo que eso significa”
Estas obras evolucionan hacia el vasto Codex Artaud (1971-1972), compuesto de treinta y cuatro rollos de hojas pegadas entre sí. Esta pieza múltiple, de formato abierto, que recuerda escrituras antiguas, marca la etapa de madurez de su obra y se ha convertido en un punto de inflexión en el arte de los años setenta. El lenguaje, a diferencia del de sus coetáneos conceptuales, es obsceno y está inscrito manualmente, como un grafito, ofreciendo a su trabajo un tipo de corporalidad diferente, que la distancia de los discursos oficiales del momento.
Participación en el movimiento feminista
Nancy Spero colabora entre otros con WAR (Women Artists in Revolution) y lleva a cabo protestas y acciones para exigir la paridad de la representación entre hombres y mujeres en los museos. Esto conduce a la artista a tratar cuestiones como la tortura y el dolor de las mujeres, al mismo tiempo que transmite su fuerza y libertad. Así surge su nueva obra épica Torture of Women (1976), en la cual combina imágenes, citas y testimonios aterradores de las atrocidades cometidas por los regímenes dictatoriales suramericanos contra mujeres, según los informes de Amnistía Internacional y otras fuentes. La pieza, un rollo de catorce paneles horizontales de 38 metros de largo obliga al espectador a recorrer el espacio de manera poco ortodoxa, fórmula que desarrollará en las obras siguientes.
La relación de Nancy Spero con la escritura femenina de autoras como
Cixous y Kristeva es un tema recurrente en los ensayos críticos sobre su obra. El interés por parte de la artista se demuestra también en afirmaciones explícitas: “No se puede avanzar si no es hacia una nueva dirección. Las feministas francesas hablan de “écriture féminine” y yo lo intento con la “peinture féminine” El texto de Cixous publicado en el catálogo de la muestra ofrece, como si se tratara de un relato íntimo, la profunda relación entre estas dos artistas.
Lenguaje de los gestos y del movimiento
The First Language (1981) es su siguiente gran obra de tamaño rollo y un punto de inflexión en su carrera. Con ella abandona la palabra escrita a favor del cuerpo femenino como vehículo de lenguaje expresivo. Como comenta la propia artista: “Decidí hacer una gran obra sin lenguaje, usando el lenguaje de los gestos y el movimiento”. En esta obra Spero adopta un tono deliberadamente optimista para subrayar el poder de la imaginación y de la esperanza frente a la tiranía y la dominación. La pieza consta de 22 paneles horizontales en los que figuras femeninas procedentes de varios momentos históricos se alternan en un espacio extendido, combinando presencia y vacío sobre la página en blanco. Los cuerpos, algunos fragmentados, se suceden desnudos, y se mueven, saltan, caen, se estiran, se encogen, se repiten, creando un alfabeto propio.
Como comenta el co-comisario de la muestra Manolo Borja Villel en el catálogo de la muestra: “A partir de The First Language, Spero elige expresarse sin utilizar las lenguas del otro. Ella, la mujer que baila, redefine el cuerpo como lugar de expresión simbólica y al mismo tiempo problematiza la censura o la disciplina que marca esta expresión.
A partir de aquí, el objeto de la obra de Spero es, pues, el cuerpo femenino… El cuerpo es el lenguaje, el lenguaje es el cuerpo, su libro es el espejo del cuerpo”
Hacia finales de los años ochenta Spero se inclina cada vez más por la estampación de figuras y fondos, y expande su léxico a la arquitectura. De esta manera elimina cualquier obstáculo existente entre la obra y el espacio en el que se muestra y obliga al espectador a participar de manera mucho más activa cambiando su mirada y su posición. En 1998, Spero produjo Let the Priests Tremble…, una instalación en la Ikon Gallery de Londres, de la cual reproducimos una parte central en la exposición. En ella, mujeres fuertes y atléticas bailan al son de un pasaje del ensayo de Hélène Cixous perteneciente a su libro La risa de la medusa.
Últimos trabajos de la artista
Los ochenta y noventa son años en los que realiza numerosas exposiciones y consigue el reconocimiento crítico. A partir de este momento su trabajo se vuelve más exuberante y afirmativo, y expresa, según sus propias palabras, una especie de “utopía, de posibilidad de cambio”. Aun así, no olvida temas y procedimientos que le han interesado desde el principio de su carrera, como el dolor, la destrucción o la violencia, convirtiéndose ambos en dos caras de la misma moneda para su universo artístico y personal. Así, la exposición refleja esta dualidad en dos salas contiguas en las que, sin seguir ningún orden cronológico, se mezclan obras que establecen un diálogo entre el luto y la alegría. Entre ellas, cabe destacar Ballad of Marie Sanders, una instalación que la artista ha realizado en múltiples formas y en la que, por primera vez en muchos años, recupera el texto con un poema de Bertolt Brecht de 1934 acerca de una gentil torturada por haber mantenido relaciones sexuales con un judío, como forma de recordar el sufrimiento que se esconde bajo los regímenes opresores.
A finales de los años noventa el color adquiere un mayor protagonismo en la obra de Spero y la monumental Azur (2002) es un buen ejemplo de ello. En esta obra, que toma el título de un poema de Mallarmé, la artista utiliza el color deliberadamente y busca maneras nuevas y sorprendentes de componer, salpicando con criaturas femeninas el espacio y creando una secuencia onírica en la que éstas se mueven sin restricciones temporales sobre un fondo definido por patrones geométricos. Aquí el color se trata con la misma destreza con la que solía tratar el texto en la década de los setenta; repitiéndolo, combinándolo, superponiéndolo, abusando de él, dejándolo en blanco… prescindiendo de la tradicional oposición entre figura y fondo, entre abstracción y figuración.
Finalmente en Maypole: Take No Prisoners, (2007), una instalación producida para la Bienal de Venecia, Spero vuelve sobre un tema recurrente en su obra y desgraciadamente en la política de su país; la guerra.
La pieza es un Árbol de Mayo provisto de 200 cabezas de aluminio tratadas y pintadas que, en palabras de la artista, ha canibalizado de sus pinturas de guerra de los sesenta. Con esta pieza cerramos el círculo temporal de su trayectoria; volvemos al principio e incidimos en las fronteras cronológicas de la retrospectiva.
6 de Noviembre- 4 de Diciembre
Salón de Actos. Edificio Sabatini. 19:30
Coincidiendo con la exposición “Nancy Spero. Disidanzas” una serie de especialistas abordarán las distintas facetas del trabajo de la artista y activista feminista norteamericana. El seminario, dividido en seis sesiones, pretende contribuir a contextualizar la figura de Spero, situando su producción dentro de esta red compleja de debates teóricos, muchos de los cuales todavía siguen vigentes en la historiografía feminista.
Coordinado por la profesora de la Universidad Autónoma de Madrid Patricia Mayayo, el seminario contará con la participación de Mignon Nixon, Patricia Mayayo, Helena Cabello, Juan Vicente Aliaga, J.A. IsaaK y Jon Bird.
Beatriz García Moreno
Datos de interés:
14 octubre – 5 enero 2009
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
ORGANIZACIÓN: MACBA en coproducción con el MNCARS
COMISARIOS:Manuel Borja-Villel y Rosario Peiró
COORDINACIÓN:Patricia Molins
ACTIVIDADES PARALELAS:Seminario Nancy Spero
ITINERANCIA:CAAC. Sevilla. Enero- Marzo 2009
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