Con solo pasar la vista por encima de las hojas que se venden en este taller de papel artesanal, el visitante descubre que se encuentra ante un producto especial. Una enorme variedad de colores, materiales y tramas se abren ante nosotros, deseando que reparemos en ella, como en una tienda de caramelos. Imposible no caer en la tentación.

Escondido en el corazón del País Vasco se encuentra este molino de papel. Un lugar, con un punto de magia, llamado Eskulan (“trabajo manual” en euskera). Regentado por Javier Viñarás y Juan Barbé; aquí podemos encontrar y comprar todo tipo de papel fabricado a mano, hecho en el propio molino o en países como China o Nepal.

Los productos salidos de este taller han servido de soporte para la obra de artistas como Eduardo Chillida, Manolo Valdés, Vicente Chumilla o José Luis Zumeta. “La obra de Chillida, realizada en los últimos diez años de su carrera, está hecha con nuestro papel”, afirma con orgullo Juan. Sus papeles sirven a los artistas para hacer grabados, serigrafía, litografía, técnicas al agua. “Incluso nos han comprado papel para papiroflexia y para hacer vestidos”.

Las hojas y pliegos salidas de este molino artesano están colgadas en los mejores museos del mundo. Desde el Guggenheim (tanto de Bilbao, como de Nueva York), hasta el Reina Sofía, pasando por el MOMA.

Más que un soporte

Sin embargo, aunque el papel pueda parecer sólo el soporte para la obra de un artista, viendo las hojas que salen del taller de Eskulan, uno tiende a pensar que son arte por sí mismas. Sus colores, texturas, fibras y acabados las convierten en objetos con suficiente entidad como para lucir, dentro de un marco, decorando una pared. “Nosotros reivindicamos el papel como un objeto bello para tener en casa”, asegura Juan.

Pero esto no es nuevo. El molino nació hace ya 27 años. Javier y Juan estudiaron en la Escuela de Papel de Tolosa, donde aprendieron todas las técnicas de elaboración, los procesos químicos y los métodos de blanqueo. “Durante un tiempo trabajamos para una fábrica de papel del País Vasco, pero no nos gustaba y decidimos montar nuestro propio taller en Villabona (Guipúzcoa)”, recuerda Juan.

Entre los dos realizan todo el trabajo: producen el papel, lo comercializan y lo distribuyen. Las materias primas que utilizan para su elaboración son naturales, pero no provienen de la madera. “Usamos fibras de plantas anuales o bianuales como el algodón, el lino, el cáñamo, el abacá o el kozo”, aclaran. Es, por lo tanto, un proceso de fabricación sostenible.

“Ahora se recicla todo, pero hace siglos, el papel ya se hacía a partir de trapos viejos”, señala Juan. “En la fabricación del papel siempre se han reutilizado materiales”, añade. Todavía hoy, décadas después de que desaparecieran los últimos traperos en España y de que dejaran de utilizarse trapos en su fabricación, en este taller realizan algunas pocas hojas con trapo de cuando en cuando. “Sale un papel maravilloso, pero es muy costoso de hacer”, admite.

Papel de Nepal, China o México

A parte de los productos que ellos mismos fabrican, venden papel artesano que traen de países como Nepal, China, México o Japón. Juan lleva años viajando por diferentes lugares productores de papel. “Viajo a través del papel”, afirma tajante Juan, que ha estado siete veces en Nepal, donde “tienen unos procesos de elaboración muy peculiares”. “Es maravilloso ver cómo obtienen un papel tan bonito, de una manera tan simple, a partir de una planta llamada lokta”, asegura.

Además de la producción papelera, Juan organiza periódicamente talleres donde cualquiera puede aprender el proceso de fabricación del papel artesano. “Suele venir gente interesada en el arte”, explica. Se trata de cursos de cinco días de duración, normalmente organizados en verano y al aire libre, a grupos de unas doce personas. Organizar un taller privado cuesta unos 120 euros por participante. “Pero yo me encargo de llevar todos los materiales”, apunta Juan. Si está organizado por un ayuntamiento u otra institución, el precio es menor.

Estos talleres se imparten en ciudades de toda España (el último, en el mes de septiembre, fue en Vigo) y también en otros países. “Una vez, el Instituto Cervantes organizó un taller en Jordania”, recuerda Juan. El próximo será en Nicaragua, donde Eskulan, junto con la fundación ArtSur, están montado un molino de papel para enseñar a la población del país el oficio.

Expositor decano en Estampa

A finales del pasado mes de octubre, Juan y Javier estuvieron en la feria de arte contemporáneo Estampa, en Madrid, vendiendo sus papeles. “Somos de los pocos expositores que venimos a Estampa desde la primera edición de la feria, en 1993”. Un año más, su stand ha sido, con diferencia, el que más movimiento y más ventas ha generado.

La belleza que emanan sus productos, junto con su precio asequible, hace que resulte imposible pasar por allí sin comprar algo. Además, también venden preciosos cuadernos hechos en su taller. Todos de cuarenta hojas y con encuadernación española. Y los denominados “libros de artista”, un curioso objeto artístico que tiene forma de libro, y que pueden ser ejemplares únicos o ediciones muy limitadas.

Pero no es necesario esperar a la edición del año que viene para adquirir papel en Eskulan. Se pueden hacer pedidos por teléfono o por correo electrónico desde cualquier lugar, o viajar a Guipúzcoa y visitar el molino. Desde un euro, una hoja de papel de algodón y lino de 12 por 12 cm.; hasta 22 euros, un pliego de 70 por 95 cm. de papel japonés (el más “maravilloso” del mundo), cualquiera puede llevarse a casa una pequeña obra de arte fabricada a mano, para pintar sobre ella, escribir o simplemente, para admirar.
Irene G. Vara

ESKULAN
Papel hecho a mano
Villabona, Guipúzcoa
943693488
paperlan2000@gmail.com
eskulan@hotmail.com
www.paperlan.com
www.eskulan.com

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