La Medida del Tiempo muestra al público algunos de los maravillosos relojes que forman parte de las Colecciones Reales en una asombrosa exposición en el Palacio Real de Madrid. Más de cincuenta piezas adquiridas en el siglo XVIII por los primeros Borbones, que son en realidad auténticas esculturas de oro, bronce, mármol, porcelana o madera.
El visitante podrá ver relojes de sobremesa, sonerías, autómatas, relojes de pared, todos ellos adquiridos por los monarcas españoles a los más prestigiosos maestros relojeros europeos. Algunas de las piezas más curiosas y sorprendentes son el reloj “Planetario”, de Bracket, en el que una gran esfera terrestre sostenida por Atlas alberga el sistema solar; o un reloj de sobremesa tipo jaula, con la esfera del reloj en su base.
La Colección de Relojes, compuesta por unas setecientas piezas, es una de las más importantes del mundo y se encuentra en perfecto estado gracias al estupendo trabajo de los artesanos del Taller de Relojería del Palacio Real de Madrid. Ahora, Patrimonio Nacional ha traído para la exposición interesantes relojes del Palacio de Oriente, El Pardo, El Escorial, la Almudaina, la Granja de San Idelfonso y del Palacio de Aranjuez, según explica Amelia Aranda, conservadora de relojes de la institución.
El Rey ha cedido un reloj de bolsillo personal para la muestra
Esta magnífica colección no cuenta con ningún ejemplar de bolsillo, a pesar de que desde el inicio del siglo XVIII fueron los más adquiridos por los monarcas españoles. Sin embargo, con motivo de la organización de esta exposición, el Rey Don Juan Carlos I ha cedido un curioso reloj de bolsillo fechado en 1660 de su colección personal. Esta singular pieza, que tiene una caja decorada con retratos en miniatura de la familia de Felipe IV, se exhibirá junto al resto de los relojes reales de manera excepcional.
La colección real de relojes tiene su inicio a principios del siglo XVIII, durante el reinado de Felipe V quien buscó la perfección técnica eligiendo relojes fabricados en Inglaterra, escuela pionera en los avances técnicos. Thomas Hatton fue el relojero de Cámara durante este periodo. Fernando VI continuó el legado de su padre ampliando sus miradas a otras escuelas. Así llegaron a España los primeros relojes suizos y el primer reloj con autómatas, que originaría un interesante conjunto de máquinas con movimiento que se fue completando en los sucesivos reinados.
Su hermano y sucesor, Carlos III recogió el testigo e intentó establecer una escuela de relojería en la corte. De esta manera, comienzan a aparecer los primeros trabajos realizados por relojeros españoles, algunos de ellos educados en las escuelas extranjeras. El último Borbón del siglo, Carlos IV, demostró también su interés ilustrado por el coleccionismo. Al monarca le gustaban los relojes, pero también todo aquello que empleara la mecánica, el ingenio y “las manos”.
Cuatros secciones
La exposición se estructura en cuatro secciones, coincidiendo precisamente con cada uno de los cuatro reinados del siglo XVIII. El primer espacio, Felipe V, el primer Borbón. Thomas Hildeyard: un relojero de Lieja en la Corte española, muestra los relojes que construyeron Hildeyard, Daniel Quare, Guillaume Poulton y George Graham. Destaca un reloj conservado en el Palacio del Buen Retiro, descrito como un reloj de cuatro fachadas, de planta cuadrada, con una columna en cada esquina, y que se atribuye a Hildeyard, profesor de matemáticas y teología del colegio inglés de Lieja, quien lo fabricó en 1725.
En Fernando VI. La relojería suiza y la relojería inglesa, vemos como este monarca continuó con la tradición iniciada por su padre. Desde su juventud, este rey encargó importantes ejemplares de caja alta a John Ellicott y George Graham. Pierre Jaquet-Droz viajó desde Suiza para presentar al monarca seis relojes, uno de ellos conocidos como El Pastor por el grupo de autómatas que decora su caja.
El tercer apartado, Carlos II y la Real Fábrica de relojería de Madrid, da cuenta de cómo este monarca aprobó el real decreto las ordenanzas que establecían la creación de una escuela-fábrica de relojería en Madrid. Se eligieron como directores a los hermanos franceses Felipe y Pedro Charost, aspirantes a convertirse en relojeros reales. Al mismo tiempo, el español Manuel Gutiérrez solicitó la ayuda del monarca para abrir otra escuela en Madrid aunque no lo consiguió. Por último, se estableció en la capital otra fábrica de relojería en la calle Fuencarral, dirigida por el presbítero Vicente Sión, entre cuyos maestros se encontraba el suizo Abraham Mattey y el sevillano Manuel de Rivas.
En el último espacio, Carlos IV, el rey relojero, vemos algunas de las piezas que el monarca adquirió desde su juventud para decorar las residencias regias. Uno de sus mayores proveedores fue el marchand-mercier Francisco Luis Godon. Al mismo tiempo otros relojeros como Lépine y Abraham Louis Breguet enviaron a la corte española ejemplares de sobremesa y sobre todo de bolsillo.
Decoración de los Reales Sitios
La mayoría de las adquisiciones de los monarcas españoles iban a parar a la decoración de los palacios reales. El Palacio Nuevo (Palacio de Oriente de Madrid), de las casas de campo de El Pardo y de El Escorial o de la Casa del Labrador en Aranjuez guardaban buena parte de estos relojes.
Actualmente, Patrimonio Nacional es la Institución que tiene a su cargo los palacios, monasterios, conventos, bosques y jardines que la Corona cedió al Estado. Entre sus funciones está la de conservar y preservar los diferentes los diferentes objetos y piezas de arte, como tapices, armas, armaduras, cuadros, relojes, porcelanas y mobiliario, que componen las Colecciones Reales.
Irene G. Vara
La Medida del Tiempo
Relojes de Reyes en la Corte española del Siglo XVIII
Palacio Real de Madrid
Del 25 de octubre al 15 de enero
De lunes a domingo, de 10.00 a 18.00 horas
Organiza: Patrimonio Nacional
Entrada: 4 euros