virgen_tobed_01La activa trayectoria coleccionista de Várez Fisa ha destacado en cuatro grandes especialidades, las bellas artes, la arqueología, la platería y la cerámica, y ha reunido una de las colecciones privadas más importantes de Europa. La primera, la de arte español antiguo (fundamentalmente de pintura), desde el Románico a Goya, le ha permitido recuperar para el patrimonio artístico hispano algunas obras que en épocas pasadas habían salido de España. La segunda es su colección de arqueología mediterránea (piezas egipcias, iberas, griegas y romanas) que hoy forman parte de las colecciones del Museo Arqueología Nacional de Madrid. Las dos restantes son platería (siglos XV-XVII) y cerámica hispano-musulmana (siglos XV-XVII).

La Colección Várez Fisa es conocida y “reconocida” en España y en el extranjero. Pese a su proverbial discreción, su propietario no la concibe exclusivamente para el disfrute personal o familiar. Con reiterada frecuencia obras de la colección se han podido ver en distintas exposiciones nacionales o internacionales. La revista Art News le situó en el año 2009 entre los grandes coleccionistas de todo el mundo, y en marzo de 2011 recibió el Premio de la Fundación Arte y Mecenazgo como reconocimiento a la labor de toda una vida como coleccionista.

Una vida dedicada al arte
Sin duda, las palabras con las que el jurado justificaba su concesión resumen el aprecio que se otorga a José Várez Fisa como amante del arte: “Por el valor y relevante de su colección, fruto de la dedicación de gran parte de su vida a comprar arte, buscando la oportunidad de traer de vuelta a España obras de artistas de nuestro país, y por su constante colaboración con las instituciones públicas y privadas en la difusión del arte”.

La vocación pública de la colección de Várez Fisa explica que el Museo del Prado haya sido ya destinatario de varias donaciones de su colección. La primera en 1970, el año en que se trasladó a vivir a Madrid, con la entrega del Retablo de San Cristóbal, obra de un maestro anónimo castellano de finales del siglo XIV y único ejemplo del gótico lineal que posee el Prado. Desde entonces, y gracias a su generosidad, los visitantes que acuden a las salas del museo pueden conocer y estudiar la evolución de la pintura medieval hispana. Este gesto contribuyó asimismo a que, paso a paso, se fuera haciendo realidad el deseo del Real Patronato de que en la pinacoteca madrileña estuviera representada la pintura española en su conjunto, desde el Medievo a la modernidad.

Donaciones al Museo del Prado
En 1988, tras ser vocal del Real Patronato, José Luis Várez Fisa donó al Museo del Prado otro San Cristóbal, en este caso firmado por Orazio Borgianni, pintor romano que vino a trabajar a España en dos ocasiones donde contribuyó a difundir el naturalismo de Caravaggio en nuestro país.

La última donación a la pinacoteca acaba de producirse. La familia ha legado al museo doce obras de arte español desde el Románico a los inicios del Renacimiento.

 

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