Cartel de Terrafilia, con obras de Jan Brueghel el Viejo, Salvador Dalí, Elmgreen & Dragset, Martin Johnson Heade, Carsten Höller, Regina de Miguel, Diana Policarpo, Jessi Reaves, Roelandt Savery, Akeem Smith, Susanne M. Winterling e Inês Zenha. Diseño: TOT Studio. Exposición Museo Thyssem

Terrafilia. Más allá de lo humano en las colecciones Thyssen-Bornemisza

La exposición cuenta con cerca de un centenar de obras pertenecientes a la colección del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, la Colección Carmen Thyssen y la colección de arte contemporáneo TBA21 de Francesca Thyssen. Terrafilia, cuyo diseño expositivo lo ha realizado la arquitecta y comisaria Marina Otero Verzier, es más que una exposición: es una invitación a imaginar una nueva cosmopolítica, donde seres humanos, animales, plantas, elementos y fuerzas espirituales coexisten en una comunidad planetaria compartida, basada en la equidad, la empatía y el cuidado. «Esta exposición es una invitación a relacionarse con el arte no solo como placer o patrimonio, sino como una fuerza pedagógica y activa en la construcción de nuestro futuro colectivo. Nos ayuda a cuestionar cómo existimos dentro de la naturaleza, cómo nos vemos reflejados en ella y cómo podríamos reparar lo que se ha roto. El arte sigue siendo esencial, no como una forma pasiva de evasión, sino como un catalizador de transformación.» Francesca Thyssen-Bornemisza, fundadora de TBA21.

El título de la exposición combina las palabras Terra (Tierra) y Philia (amor, afinidad), dando lugar a un concepto que propone un compromiso afectivo, ético y espiritual con el planeta. Este amor no es romántico ni posesivo, sino político y transformador: una forma de reimaginar la existencia en la Tierra mediante la atención, la reciprocidad y la responsabilidad compartida. Se inspira en pensadores actuales como el franco-martiniqués Malcom Ferdinand, que describen la Tierra como un «Mundo-Barco», una figura que evoca la idea del receptáculo que todos compartimos y, aun así, se ha convertido en un lugar de injusticia y desigualdad, en especial hacia las personas racializadas.

Jan Brueghel el Viejo. Cristo en la tempestad del mar de Galilea , 1596. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

Siete escenarios para habitar la Tierra

La exposición se despliega a través de un recorrido temático que integra un preludio y seis capítulos interrelacionados, concebidos como escenarios para explorar diferentes formas de habitar el planeta. Recorre temas como los cosmogramas, los mundos simbióticos, el arte de los sueños, la mirada racional, las relaciones extractivas y de unión con la tierra, el tiempo de los mitos y la reparación espiritual o los mundos míticos inspirados por los océanos. A través de estas líneas temáticas, los visitantes pueden sumergirse en diversas formas de entender y habitar la Tierra, desde relaciones mitológicas y científicas hasta prácticas espirituales y ecológicas. La muestra también aborda las historias de la expansión colonial, la explotación de recursos y la violencia ecológica que han dado forma a la crisis planetaria actual.

«Que la tierra renueve / los espíritus rotos / recupere el amor / una vez compartido, escribe bell hooks, evocando el poder sanador de la Tierra y su vínculo íntimo con nuestras memorias, afectos y sentidos de pertenencia. Desde esta perspectiva ética y política, Terrafilia aboga por ampliar la participación más allá de lo humano, proponiendo un nuevo paradigma de pensamiento ecológico y planetario basado en el amor y la responsabilidad hacia la Tierra«. Daniela Zyman, comisaria de la exposición.

¿Qué significa vivir en Múltiples cosmos, en un pluri-universo plagado de infinitos mundos relacionales y vivos? En esta exposición, los visitantes exploran obras de arte que encarnan distintas formas de imaginar el mundo: desde panoramas científicos hasta paisajes oníricos, desde tradiciones ancestrales hasta futuros especulativos. El recorrido se inicia con un preludio centrado en las formas simbólicas de representar una cosmovisión: los cosmogramas , objetos e imágenes creadas para definir y expresar el universo. La instalación inicial del artista mexicano Dr. Lakra propone una visión sobre los modos en los que las diferentes concepciones de ordenación y constitución de la realidad son urdidas a través de objetos y prácticas.

Desde ahí, el primer capítulo, Un planeta animado , replantea la posición de los seres humanos dentro del tejido de la vida con obras de Max Ernst, Diana Policarpo, Naufus Rodríguez-Figueroa y Wassily Kandinsky. Inspirado en los saberes indígenas y el mito Gaia o Pachamama, este capítulo muestra cómo todo está conectado. ¿Qué sucede cuando se deja de ver la Tierra como un simple telón de fondo y se comienza a percibir como un ente vivo, inteligente y lleno de compañeros inesperados? Artistas como Janaina Tschäpe (Serie botánica , 2008), Arthur Boyd ( Desnudo transformándose en una libélula , 1961) y Regina de Miguel ( Proliferación quimérica , 2024) evocan un mundo interconectado, donde plantas, hongos, astros y animales coexisten en simbiosis. Estas obras dan forma a una sensibilidad ecológica que rechaza el individualismo para celebrar la interdependencia radical.

A continuación, El arte de los sueños explora el sueño como lenguaje de lo invisible (Francisco de Goya, Auguste Rodin), puerta de acceso al inconsciente y espacio de resistencia y transformación. Las piezas de Salvador Dalí ( Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes del despertar , 1944), Charles E. Burchfield ( Bosques de cigarras , 1950-59), Elyla ( Torita encuetada , 2023) o Sarah Lucas ( Conejita es embaucada a #3 , 1997) proponen experiencias que trascienden la racionalidad, conectando con ancestras, fuerzas cósmicas y potencias transformadoras. A su vez, el capítulo propone una interpretación del surrealismo como una práctica política que pone en primer plano el rol de mujeres y comunidades sexuales no hegemónicas en la despatriarcalización y decolonización del lenguaje de los sueños.

El tercer capítulo, El mundo objetivado , ahonda en el deseo de conocimiento y control que marcó la modernidad. A través de obras como Adán y Eva (1531), de Hans Baldung Grien, Rincón de una biblioteca (1711), de Jan Jansz. van der Heyden, o Nueva esfera Berlín (2009), de Olafur Eliasson, se cuestiona la historia de la ciencia como proyecto de clasificación y dominio sobre la naturaleza.

Susanne M. Winterling. Ópera planetaria y Bucle gravitacional dividido por las corrientes , 2018. En colaboración con Denise Ferreira da Silva, Michael Latz y Laleta Davis-MattisEncargo de TBA21-Academy con el apoyo de Alligator Head Foundation y financiado por NARP (Norwegian Artistic Research Program)

Terra Infirma , el cuarto apartado, aborda la Tierra como cuerpo herido y agente de memoria. Las obras Historias de Cabezas 3 (2018), de Hervé Yamguen, Nacido junto al río (2011), de Rashid Johnson, More/Moreana, (2021) de Dineo Seshee Bopape, así como Puesta de sol en Yosemite (hacia 1863) del paisajista decimonónico estadounidense Albert Bierstadt, dan testimonio de las violencias coloniales, extractivas y ecológicas que siguen afectando a comunidades y territorios. El suelo aparece aquí como archivo viviente de traumas, pero también como superficie de resistencia y renacimiento, como son ejemplo los contramonumentos por los defensores de la tierra y la libertad del colombiano Daniel Otero Torres, Abrazos III (2022) y Amigos ancestrales (2024).

Además, en la sala 31 de la colección permanente, TBA21 exhibe la instalación del artista nativo americano Brad Kahlhamer Bowery Nation (1985-2012), siguiendo la estela del museo por la descolonización. Este encuentro radical propone una conversación reparativa entre los paisajistas del Destino Manifiesto y el arte de Kahlhamer.

En el quinto capítulo, El retorno del tiempo de los mitos , los relatos simbólicos y espirituales emergen como herramientas para reimaginar y sanar el mundo. Obras como Expulsión. Luna y luz de fuego (hacia 1828), de Thomas Cole, o el Mandala de Chakrasamvara del siglo XVIII, junto con los sacudimentos del artista y sacerdote Candomblé Ayrson Heráclito, convocan monstruos, ancestros y quimeras para guiar la transformación individual y colectiva.

Finalmente, la sexta sección, Cosmogonías oceánicas , sumerge al visitante en las profundidades simbólicas y generativas del mar. El agua aparece como archivo, matriz y medio de conexión planetaria en obras como Ópera planetaria y Bucle gravitacional dividido por las corrientes (2018), de Susanne M. Winterling, Morsa roja (2011), de Carsten Höller, y Sifónoforo 1/2 (2024), de Josèfa Ntjam. El océano se presenta aquí como una inteligencia viva, capaz de transmitir memorias diaspóricas, energías espirituales y posibilidades para un nuevo comienzo.

Además, la artista de Noruega Sissel Tolaas presenta una nueva instalación olfativa, WhereareWEarewherere, encargo de TBA21 Thyssen-Bornemisza Art Contemporary y producida especialmente para la exposición, ofreciendo en sus esculturas de cristal un viaje sensorial por la Tierra a través de los olores encerrados en los capítulos de la muestra.

Cada uno de estos escenarios no es un compartimento estanco, sino una invitación a pensar en red, como atestigua la arquitectura expositiva diseñada por la arquitecta y comisaria Marina Otero Verzier, pionera en la historia del museo. En su conjunto, Terrafilia propone un viaje conceptual y sensorial que trasciende la mirada antropocéntrica y abraza la pluralidad de seres y saberes que componen la realidad planetaria.

Datos de Interés
Museo Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado, 8. 28014, Madrid. Salas de exposiciones temporales, planta baja)
Fechas: Del 1 de julio al 28 de septiembre de 2025
Horario: De martes a domingo, de 10:00 a 19:00; sábados, de 10:00 a 23:00. Lunas cerradas.
Horario de verano (del 1 de julio al 30 de agosto): lunes cerrado; de martes a viernes, de 10:00 a 21:00; sábados: de 10:00 a 23:00; domingos, de 10:00 a 19:00.
Noches Thyssen: apertura gratuita todos los sábados de 21:00 a 23:00 horas.