La Fundación Canal (calle Mateo Inurria 2, Madrid) presenta hasta el 4 de enero de 2026, Expresionismo. Un arte de cine, una exposición que desvela el diálogo intenso y fecundo entre el movimiento expresionista alemán y el cine en las primeras décadas del siglo XX.
La muestra permite recorrer uno de los capítulos más decisivos de la historia cultural europea y comprender cómo arte y cine se convirtieron en poderosos espejos de la realidad y la condición humana en un tiempo de crisis y transformación. De este modo, el visitante podrá sumergirse en este movimiento cultural revolucionario, que pretendía unir arte y vida, así como difuminar las fronteras entre las distintas disciplinas artísticas entrelazando pintura, escultura, teatro, literatura y cine para construir un universo estético y emocional único.

Organizada en colaboración con la Fundación Friedrich Wilhelm Murnau y el Instituto de Intercambio Cultural (Institut für Kulturaustausch) de Tübingen, Alemania, reúne un total de 152 piezas, entre las que se incluyen 76 cuadros, dibujos, estampas y esculturas de algunos de los representantes más destacados del expresionismo alemán, puestas en relación con una selección de 19 fragmentos y 57 fotogramas de once grandes obras maestras del cine. A través de ellas, el público podrá comprobar cómo el arte de la época quiso diluir sus fronteras para crear una experiencia unificada y envolvente.
Un legado vigente
Frente a estas piezas y proyecciones, el público será testigo de cómo la estética expresionista no sólo dio lugar a iconos visuales y cinematográficos de enorme impacto popular, sino que instauró un imaginario brillante y creativo que ha influido profundamente en la producción artística del siglo XX, o en directores de cine tan sobresalientes como Tim Burton, Guillermo del Toro o el recientemente fallecido David Lynch.
Una forma de entender el mundo

El expresionismo surgió en la Alemania de principios del siglo XX como respuesta a una época convulsa, marcada por la industrialización, la crisis social y el trauma de la I Guerra Mundial. Su lenguaje visual, basado en colores violentos, perspectivas distorsionadas y figuras deformadas, no buscaba la representación fiel de la realidad, sino exteriorizar
emociones intensas y transmitir un sentimiento colectivo de inquietud.
Los artistas expresionistas aspiraban a una “Gesamtkunstwerk” (obra de arte total) y fue en el cine donde encontraron un medio idóneo para materializar su estética y llevarla a un público masivo.
Recorrido expositivo

El recorrido se divide en tres secciones, de acuerdo con los grandes temas en torno a los que se aglutinaron los cambios sociales de la época y que tuvieron su reflejo en el arte y el cine expresionistas, demostrando, una vez más, la fusión entre la vida y el arte:
1. Ruptura / Liberación: En la Alemania de entreguerras, la inestabilidad política crónica, crisis económicas, inflación y polarización ideológica convivieron con una destacada liberación cultural, por lo que sus ciudadanos convivieron en una permanente dualidad. Esta sección muestra cómo el expresionismo retrató las principales tensiones de este periodo (el contraste entre campo y ciudad, la crítica a la burguesía, la alienación del obrero o la fascinación por espacios marginales como circos y ferias), reflejando una sociedad convulsa y desigual; al tiempo que exploró la vitalidad, el exotismo y la fragilidad de la vida moderna. Podemos verlo en obras como Metrópolis (calle con fachadas), de Oto Dix (1924/1925) o en películas como Dr. Mabuse: El gran jugador (1922), De la mañana a la medianoche (1920) y Nervios (1919), donde la vida urbana es un continuo frenesí, pero también corrupción moral, alineación y decadencia social.

2. Forma / Deformación: La sección 2 expone cómo la estructura original —del pueblo, de la ciudad, del rostro, del hombre— se deforma hasta volverse reflejo de crisis, sea ésta psicológica, social o existencial. En ella podemos encontrar obras como Calle en Soest, de Christian Rohlfs (1911) o fragmentos de la icónica película Metrópolis (1927).
3. Sueño / Trauma: La tercera sección se centra en la dimensión onírica y traumática del expresionismo, un territorio en el que el arte y el cine se convierten en espejos de las sombras de la sociedad de posguerra. En un mundo marcado por la destrucción, la pérdida y la incertidumbre, los creadores expresionistas buscaron dar forma visual a las pesadillas, a los miedos y a los deseos reprimidos en obras como La danza de la muerte, de Eduard Dollerschell (1919), o películas como Misterios de un alma (1926) o Nosferatu, una sinfonía del horror (1921).

En las tres se exhiben obras de artistas como Ernst Ludwig Kirchner, Franz Marc, Emil Nolde, Otto Dix, George Grosz, Max Beckmann, Käthe Kollwitz, August Macke o Hermann Max Pechstein, entre otros, yuxtapuestas con fragmentos y secuencias de películas emblemáticas como El gabinete del Dr. Caligari; Nosferatu, una sinfonía del horror; El Golem; Dr. Mabuse: El gran jugador; Metrópolis; El último; Las aventuras del príncipe Achmed; Misterios de un alma; Nervios; De la mañana a la medianoche; y Sumurun, una noche en Arabia.
De igual manera, la exposición pone de manifiesto la importancia del contexto histórico y social en el desarrollo del movimiento vanguardista alemán.

La Fundación Canal presenta Expresionismo. Un arte de cine, una exposición que desvela el diálogo intenso y fecundo entre el movimiento expresionista alemán y el cine en las primeras décadas del siglo XX. Copyright: © Fundación Canal







